El mito de la caverna y la realidad actual

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El mito de la caverna y la luz del razonamiento para interpretar la realidad.

Por Toracio Iturralde
Docente

Retomando la lectura de La República de Platón, al inicio de la parte VII, aparece en primera instancia el relato de lo que hoy se conoce como “el mito de la caverna”. En un intercambio con Glaucón, quería representar “la naturaleza humana con relación a la educación y a la falta de ella”.

Además, hay que analizar los intereses de los que tenían los medios para que las personas vivieran en la oscuridad y el interés de que éstos siguieran creyendo en las sombras que les proyectaban. La particularidad es que los que se encuentran en la caverna, lo están desde la niñez.

La realidad actual se parece mucho a la descripción realizada por Platón, en el sentido de que intereses creados han construido, a través de la educación y de los medios de comunicación masivas, una subjetividad que actúa como una caverna, en la que visualizan y viven sólo conociendo sombras y que los mantiene encadenados ideológicamente a gran parte de la población y, para parafrasear a Platón, esta construcción subjetiva les influencia desde la niñez.

El contexto de esta reflexión surge al ser percibida la realidad de la catastrófica situación socioeconómica generada por el capitalismo y, fundamentalmente, a través de su variante neoliberal en nuestra sociedad. Pero, sobre todo, de la lucha por revertir la situación de explotación y establecer alternativas más humanas. La lucha se da en todos los terrenos. En este caso, en la descolonización de la subjetividad.

¿Qué significa la descolonización de la subjetividad? Pues, desarticular todas aquellas sombras generadas en la caverna del capitalismo, de tal manera que se proyecten, en el contexto del conocimiento, aquellas luces que reflejan la realidad.

“¿Cómo ‒dijo‒ iban a poder verlo, si durante toda su vida se han visto obligados a mantener inmóviles sus cabezas?”. Y es que el capitalismo no sólo es mercado y capital, es toda una superestructura jurídica, política, religiosa, cultural, artística, educativa, que va generando la percepción de que las cosas son como se las pintan y que es parte de una “normalidad” que se nos viene inculcando desde niños y que asumimos como cierta. “Ciertamente –indiqué– esos hombres tendrían que pensar que lo único verdadero son las sombras” nos reitera Platón.

La tarea no es fácil, pero tampoco imposible. Deberíamos empezar por nosotros mismos. Buscar, contra toda convención, la salida de la caverna para ver la luz y la realidad. En la actualidad virtual, se nos presentan escenarios epistemológicos que debemos aprovechar, ya sean conferencias magistrales o encuentros y debates. Luego de ver la luz, bajar a la caverna para la realización nuestra esencia como docente.

“¿No piensas que le alcanzaría gran dificultad y que juzgarían las cosas vistas anteriormente como más verdadera que las que ahora se le presentan?”, nos hace la salvedad Platón, pues claro que sí, porque es más fácil descolonizar un territorio que una mente, y de eso, conocemos muy bien los panameños. Sin embargo, la realidad vivida, los derechos insatisfechos, la pobreza, el hambre son realidades de las cuales se debe partir para abrir el conocimiento, para alimentar la conciencia de que es posible vivir fuera de la caverna.

Como quiera que la producción final, al que aspira este sistema neoliberal, además de la ganancia y la concentración de capitales, es la de creación un sujeto “neoliberal”, la producción final de los docentes comprometidos con un mundo mejor, es la creación de un sujeto crítico, libre y solidario. Son dos proyectos contradictorios, porque la realidad social, en el contexto de la sociedad dividida en clases, es contradictoria. Asumamos el proyecto que lleva a nuestra sociedad hacia la salida de la caverna, para ver definitivamente la luz de la verdad.

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