El Laboratorio de Recursos Minerales: una mentira sin recursos

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Imagen ilustrativa de un Laboratorio de Geología.

Por Sergio Sánchez Silvera
Periodista
sserfoto@gmail.com

(Primera Parte)

La Dirección de Recursos Minerales del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) es una ficción. No cuenta con la organización técnica y administrativa, ni con los recursos científicos para los cuales ha sido supuestamente creada.

El 22 de enero de 2022, envié una carta a el MICI, solicitando respuestas a preguntas sencillas y una visita al Laboratorio de Recursos Minerales. Sobre la segunda petición, indicaron que no era posible responder, debido a la sindemia de Covid-19 que afecta a Panamá. En cuanto a las preguntas formuladas, no he tenido contestación.

No hay personal suficiente y los sueldos son miserables

En la Dirección de Recursos Minerales, trabajan actualmente 46 personas. Hay allí un director, queien es ingeniero de profesión, con un sueldo mensual de 5.000 dólares. La Sección Legal tiene cuatro abogados que ganan, en promedio, 1.825 dólares. Tres de esos cargos son permanentes. Fuera de los puestos directivos, representan los mejores salarios en la Dirección de Recursos Minerales, evidenciando que se trata de un componente importante.

A primera vista, desaparecieron los inspectores de minas y canteras que labiraban en la estructura del esa Dirección. Ese cambio revela que la política ministerial gira en la dirección de no tener controles de ningún tipo en la actividad minera en este país.

En la planilla, figuran tres técnicos ambientales, lo que sugiere que ese personal es insuficiente para vigilar las condiciones ambientales de la enorme cantidad de proyectos de minería metálica y no metálica que en este momento hay en el país. Esa cantidad sólo es justificable si los técnicos desempeñan sus funciones sin moverse de la oficina, lo que viene a ser concomitante con el hecho de que en esa Dirección sólo exista un conductor. Ello demuestra que no se hace ningún trabajo de campo, como debería ocurrir.

En el Departamento de Geología, hay nombrados ocho geólogos y dos ingenieros en minas, quienes no pueden inspeccionar al mismo tiempo las 16 minas metálicas y las 151 no metálicas que operan con contratos de explotación. Si a ello se suman los 117 proyectos metálicos más los 283 proyectos no metálicos, se trataría de una misión imposible para el personal del MICI.

Esa evidente que la insuficiencia de personal embona con la propuesta de no hacer nada ante la demanda de grupos ambientalistas que insisten en regular las actividades mineras. Al mismo tiempo, se pregona en los medios que el Estado dispone del personal profesional y capacitado para cumplir las tareas, cuando en realidad es insuficiente.

Conviene aclarar que hay tres ayudantes generales asignados al “Proyecto de Cerro Colorado”, al oeste de Panamá. Ello permite colegir que el interés de abrir la mina de Cerro Colorado aún se mantiene y hay presiones en ese sentido, desde los círculos mineros hasta los órganos gubernamentales. Un único conductor nombrado en esa Dirección, muestra que el trabajo de la Dirección se realiza casi todo en las oficinas, sin movilidad enfocada en los puntos de explotación.

Hace algunos meses, visité la Sección de Mapas de Recursos Minerales. Allí encontré que los mapas existentes son viejos y de una escala muy pequeña para tomar determinaciones geológicas adecuadas. En el recorrido realizado, fui recibido con prontitud y amabilidad.

La estructura laboral del Laboratorio de Recursos Naturales está compuesta por 10 personas que comprenden un jefe o director del esas instalaciones, quien suponemos es químico idóneo. Ese funcionario es permanente en el cargo y devenga 1.500 dólares mensuales tras 14 años de servicios al Estado.

En la parte administrativa del Laboratorio, hay un asesor y un coordinador, dos químicos eventuales, quienes ganan 1.200 dólares al mes. (No sé por qué no se han ido al Ministerio de Educación, donde empezarían con el mismo sueldo y tras dos años ganarían 1.400 dólares mensuales, en forma permanente, y con etapas de sobresueldos prefijadas por acuerdos entre pasados gobiernos y gremios docentes).

Es evidente que el Laboratorio no tiene la capacidad para recibir las muestras minerales que debería manejar sobre la base de un protocolo. De hecho, se encontró a un asistente de Laboratorio de minerales, una oficinista, un trabajador manual, una recepcionista y un agente de seguridad en ese centro.

Es posible concluir, rápidamente, que el Laboratorio no tiene la estructura administrativa que permita dar seguimiento a la producción de minerales metálicos o no metálicos. Desde esa perspectiva, el personal es insuficiente y está míseramente remunerado.

Si los expertos en organización administrativa en el sector público tomasen como caso de estudio a esa Dirección del MICI, posiblemente serían halladas más carencias de las mencionadas en este escrito.

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