El Dedo

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Por Niko Jones

  • Junto a Varela, todos miran hacia Oriente. Ya hay preparativos para incorporar el Dim sum al menú presidencial: ha kao, yee she kao, siu mae, ham pao y té de jazmín, por si vienen los inversionistas de Asia. ¡Qué Confucio nos ilumine!
  • En la Muralla China, hasta los empresarios judíos en la delegación panameña juraban escuchar el sonido de las cajas registradoras cuando les hablaron de un mágico “tren bala”. ¡Negocios… negocios!, decía un voz en las montañas.

  • Pero fue “Pepe” Mujica, el ex presidente uruguayo, quien devolvió a todos a la realidad, al señalar que no se puede vivir eternamente entregados al dios del dinero o como esclavos del consumismo, sin haber desarrollado afecto y felicidad.

  • Por fin, un lector del drama de la inseguridad dijo con gran tino: Cuando en las ciudades de Panamá empiezan a matar a docentes con el uso de armas con silenciador, falta poco para que comiencen a desaparecer sin ruido a periodistas.

  • El rector de la Universidad de Panamá, Eduardo Flores, habló alto y claro: En la Casa de Octavio Méndez Pereira no habrá VII Juegos Deportivos Centroamericanos, porque el gobierno se negó a suministrar los fondos requeridos. ¡Tacaños!

  • En la comunidad de Bethania, la gente imploró para que en el desfile patriótico del 28 de noviembre la Policía Nacional no repartiera patadas a chicos de las bandas independientes, como pasó en un populoso sector en Río Abajo. ¡Qué bueno!

  • Residentes de las comunidades de Juan Díaz y Don Bosco, en las afueras de la capital panameña, viven atrapados a causa de inundaciones agravadas por malvados ricachones. Temen que en 2019 tengan que ir a votar a bordo de “pangas”.

  • Hay algo extraño en el tema de la Seguridad en Panamá: mientras más droga capturan los agentes policiales, más cocaína es trasegada en áreas costeras del país. No hay que ser matemático para saber que esa ecuación es infinita.

  • En Honduras, la derecha se proclamó vencedora antes de los resultados oficiales en las elecciones. Un mal ejemplo para la democracia, sin duda. Otro mal ejemplo, ha sido convertir al Partido Panameñista en la alcancía de Odebrecht.

  • ¿Qué pasaría si todos los mandatarios que recibieron plata de Odebrecht fuesen “enchirolados”, por corruptos, en la misma celda? Hay quienes piensan que sería una sala de locura, con bar, gimnasio, yacuzzi, snacks, burdel y caja fuerte.

  • En el sector bancario en Panamá hay diarrea. Muchos callan y se aferran a los crucifijos, para evitar que estalle un nuevo escándalo al que llaman “Blue Apple” (manzana azul). Otros han pedido la intercesión de ánimas del Purgatorio.

  • Mientras ello ocurre de espaldas al pueblo, en Estados Unidos, Donald Trump, el hombre del copete dorado protector de los racistas, se dedica a llamarle Pocahontas a políticas opositoras. William Penn debe estar revolcándose en su tumba.

  • Es tanta la vergüenza, que el hotel Trump en Panamá busca cambiar de nombre. El hotel, de 70 pisos, cuyo diseño simula la vela desplegada de un buque, no soporta el peso del apellido del magnate, ni el bajo nivel de ocupación hotelera.

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