Por Toracio Iturralde
Docente
El calendario renueva sus agendas
pensadas y estructuradas
bajo cánones conceptuales
que reflejan el día
de las siembras y las cosechas.
El calendario que mira al sol
y a la luna en su caminar
va creando esquemas temporales
que organizan la labor
colectiva del vivir.
Y parte de las realidades
la organización establecida,
de elementos allende nuestros deseos
de nuestras razones y quereres.
No es porque pase el tiempo
de un momento a otro del calendario
que las realidades cambien
cual agenda de verano.
No es porque pase el tiempo
asignado por el paso de la luna,
que la vida mejora las perspectivas,
de cada persona que alumbra;
es la acción colectiva
para agendar nuestras luchas
de cambiar lo que haya que cambiar
de esta sociedad que abruma.
El año nuevo que se asoma
cual minuto que cambia inexpresivo
no determina las cadenas
que arrastra la sociedad cual suicidio,
no rompe las ataduras
de la cultura que domina,
que genera la servidumbre
que se mantienen establecidos
pese a los giros del sol.
Caminemos cuales astros
saltando esquemas establecidos
y, para determinar el paso,
caminemos cual ejemplo
para conquistar nuestro destino,
de establecer nuestros caminos
aunque se asome el ocaso,
generemos el colectivo abrazo
para marcar los senderos,
para cerrar los ciclos
y gritar al unísono: ¡¡¡venceremos!!!