Efraín Reyes Medina, maestro de la solidaridad

En 1989, Efrain Reyes tomó las armas para combatir contra la intervención militar extranjera en Panamá.

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Josefina Saintout, decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad de la Plata, conversa con Efraín Reyes Medina, director vitalicio de Bayano.

Por David Carrasco

En septiembre de 2020, Efraín Reyes Medina, director vitalicio del periódico Bayano, habría cumplido 91 años de edad. Su vida se apagó en un instante en el hospital, sin que pudiese completar la tarea pendiente de acercar a los sectores progresistas del país para generar fórmulas de consenso ante los desafíos políticos y económicos que generará la pandemia del Covid-19 en Panamá.

La colega periodista Norma Núñez Montoto me confirmó que dos días antes de su fallecimiento, Efraín la había llamado vía telefónica para invitarla a participar en una iniciativa solidaria para dar luces a una sociedad aturdida. Igual iniciativa había desplegado en una conversación con Adolfo Ahumada, ex negociador de los Tratados del Canal de Panamá. Sin embargo, la muerte lo sorprendió tras haber ganado en el pasado otras importantes batallas nacionales.

Efraín provenía de un hogar formado por tres hermanos. Su padre había sido condecorado por el gobierno de Francia por su papel en la lucha antifascista durante la Segunda Guerra Mundial y su madre lo inspiró a crecer en un ambiente de unidad y solidaridad. En su adolescencia, se vinculó a los movimientos revolucionarios en la provincia de Veraguas, donde entabló amistad con Omar Torrijos, cuando ambos eran soñadores y aspiraban a transformar el mundo.

Con gran tenacidad luchó con arrojo a favor de los campesinos víctimas del despojo de los acaparadores de tierras al sur de Soná, distrito de la provincia de Veraguas que ha sido escenario de reivindicaciones anti latifundistas. El 3 de abril de 1959, durante el alzamiento armado en Cerro Tute, Efraín integró el grupo de apoyo de jóvenes dispuestos a dar su vida por un país soberano. Ese mismo año, respaldó la Marcha del hambre y la desesperación, en la provincia de Colón.

Como combatiente incansable, sufrió detenciones, amenazas a su integridad física y la pérdida de empleo por defender las ideas socialistas, pero enfrentado a las peores circunstancias mantuvo viva la esperanza en la justicia social revolucionaria. En 1966, tras el triunfo de la revolución cubana, viajó como delegado del Partido del Pueblo a la Primera Reunión de la Tricontinental en La Habana.

Se incorporó a la defensa del territorio nacional mancillado por tropas extranjeras en 1964. Mantuvo un activo compromiso con la causa soberana de Panamá. Sin embargo, tras el golpe de Estado de 1968, volvió a ser encarcelado. Las cosas cambiarían cuando su amigo de infancia, Omar Torrijos, asumió el mando supremo de la Guardia Nacional e impuso una corriente democrática en contra de los oficiales subordinados a Washington que tenía una agenda de muerte y represión.

Efraín entregó a Torrijos el primer y pormenorizado sobre la porosidad de la frontera de Panamá con Colombia en el sector de Puerto Obaldía, y recomendó prestarle atención a la posible perdida de identidad de comunidades limítrofes. Reuniones y viajes alrededor del mundo lo convencieron de la necesidad de construir en este país un partido político democrático e integrador, con amplia base social.

Ese proyecto fue acogido por Torrijos, quien junto al ingeniero Ascanio Villalaz Paz y otros pensadores sociales, fundaron en 1979 el Partido Revolucionario Democrático (PRD), exactamente dos años después de la firma de los Tratados del Canal Panamá que abolieron la Convención Ístmica de 1903 impuesta por Estados Unidos a este país para asegurar su dominio militar y estratégico.

El 15 de agosto de 1976, tipógrafos y periodistas patriotas, alentados por Efraín Reyes y Ramiro Vásquez publicaron el primer número de Bayano, un medio modesto que ayudó a mostrar al mundo la realidad de Panamá y causa de la recuperación de la vía interoceánica. Sentados sobre cajas de madera, los integrantes de ese equipo de hombres mujeres ayudaron a cambiar la historia.

Efraín Reyes se despidió luchando, sin haber claudicado. No hubo pompas en su sencillo funeral. Estaba convencido de que la juventud panameña retomará, tarde o temprano, los estandartes de la patria y ocupará posiciones en la defensa de la soberanía y la integridad. En el barrio de Pueblo Nuevo y el Casco Antiguo, donde vivió, se le recuerda como un hombre valiente, afable y leal a sus principios, de la misma estirpe de los que no se rinden jamás y predican con e ejemplo.

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