EEUU confía en que empresas petroleras norteamericanas entren en Venezuela tras la caída del Gobierno de Maduro
"We're in conversation with major American companies now…It would make a difference if we could have American companies produce the oil in Venezuela. It would be good for Venezuela and the people of the United States." – John "Chickenhawk" Bolton, servant of Swamp King Trump. pic.twitter.com/M8rl8UqAdm
— HootHootBerns?? (@HootHootBerns) January 28, 2019
La imposición de sanciones por EEUU a la industria petrolífera de Venezuela puede suponer un golpe decisivo para la economía del país y la supervivencia del Gobierno de Nicolás Maduro al privarle de una de las pocas fuentes seguras de divisas. EEUU era un cliente fundamental. Compró una media de 500.000 barriles diarios de crudo a Venezuela en los primeros diez meses del año pasado. El dato convirtió al país latinoamericano en el cuarto suministrador de petróleo para EEUU por detrás de Canadá, Arabia Saudí y México.
La producción destinada a EEUU supuso más del 40% del total extraído por Venezuela. Su producción de petróleo cayó en diciembre de 2018 hasta 1,1 millones diarios de barriles, según datos de la OPEP, es decir, una tercera parte del nivel alcanzado en 1998 cuando Hugo Chávez se convirtió en presidente. Analistas del mercado del petróleo han calculado que el descenso continuará este año y que podría caer al menos otro 20%.
“Han intentado pasar parte de la producción que va a EEUU hacia sus aliados, como Rusia, Turquía, China e incluso India, pero les está resultando difícil”, dijo hace una semana al FT Anthony Simond, del fondo de inversiones Aberdeen Standard, comprador habitual de deuda venezolana. “La mayor parte sigue yendo hacia EEUU, y si EEUU decide que los pagos vayan a cuentas controladas por la Asamblea Nacional (como ha ocurrido ahora), Maduro no durará mucho”.
Además del impacto económico, el valor político de las sanciones es indudable por el apoyo que supone para la oposición y la confirmación de que Washington está decidido a propiciar un cambio de régimen en Caracas. También ha suscitado críticas del Gobierno de Maduro, que acusa a la Administración de Donald Trump de buscar un cambio político que permita a las empresas norteamericanas del sector participar en una industria petrolífera como la de Venezuela, nacionalizada en 1976 con la presidencia de Carlos Andrés Pérez.
Al anunciar las sanciones, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, las presentaron como una forma de “preservar esos activos (el petróleo) para el pueblo de Venezuela al que pertenecen” y arrebatar el control a PdVSA, la empresa estatal definida por ellos como “un instrumento de malversación y corrupción”.
Sin embargo, en una entrevista posterior con Fox Business, John Bolton no tuvo inconveniente en destacar que EEUU también pretende beneficiarse económicamente por la caída del Gobierno de Maduro. “Estamos en conversaciones con grandes empresas americanas” del sector para estar preparados de cara al futuro, dijo Bolton. “Sería una gran diferencia económicamente para EEUU si conseguimos que empresas petroleras americanas participen en la inversión y producción de petróleo de Venezuela. Sería bueno para el pueblo de Venezuela. Sería bueno para el pueblo de EEUU. Hay mucho en juego”.