Dignidad nacional en juego. Editorial del martes 2 de abril

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La denuncia interpuesta en la Asamblea Nacional de Diputados por diversas organizaciones populares que emplazaron al presidente Juan Carlos Varela y su vicepresidenta y canciller, Isabel de Saint Malo, representa una firme respuesta para exigir el cumplimiento de los principios constitucionales y el Derecho Internacional por actos que lesionan la soberanía de Panamá y comprometen la seguridad.

Al margen de mecanismos de diálogo y consenso que proyectaron a la política exterior de este país, háce décadas, Varela y Saint Malo se sometieron en forma voluntaria o compelidos por la fuerza a seguir una cartilla dictada desde Washington para tratar de doblegar al gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y conferir un penoso reconocimiento al autoproclamado Juan Guaidó.

Las decisiones adoptadas en esa dirección por el Órgano Ejecutivo no sólo rayan en la subordinación a una potencia extranjera, sino que violan la Carta de Naciones Unidas y crean un serio e inaceptable precedente en el contexto de las relaciones internacionales. De allí, el valor político de la demanda del movimiento social panameño, comprometido con las metas de la paz y la autodeterminación.

El Poder Legislativo tiene ahora en sus manos una herramienta útil y bien fundamentada en bases jurídicas para procesar a Varela y Saint Malo, cuyas actuaciones inamistosas rayan en traición a los intereses nacionales. Ambos se valieron de los recursos y mecanismos en la esfera diplomática para acometer contra el Estado venezolano y poner en peligro la neutralidad del Canal de Panamá.

Es necesario investigar cómo fue autorizado el uso repetido del territorio nacional para que aeronaves militares extranjeras ensayasen desde Panamá operaciones bélicas dirigidas a invadir a un país hermano, lo que podría derivar en una conflagración mundial. En ese examen, es preciso determinar la responsabilidad de jefes de los estamentos de seguridad involucrados en planes desestabilizadores.

El hecho de que la exigencia penal haya sido redactada al final del mandato de Varela y Saint Malo no demerita su vigencia o su valor. Los delitos contra la patria jamás prescriben, aunque los imputados en esa querella sean protegidos por fuerzas que los introdujeron en una senda de oscuridad para aplicar un inhumano boicot o agredir a naciones del continente americano que no se rinden.

Los panameños merecen un país más digno, humano y soberano, en el que florezca la justicia, y no el modelo de oprobio al que ha sido sometida la ciudadanía. Los que lucharon al lado del Libertador de América, entre ellos Tomás Herrera y José Domingo Espinar, demostraron que es posible vivir de soberanía, decoro y solidaridad internacional, en vez de servilismo y conductas rastreras.

2 COMENTARIOS

  1. Saludos de paz y bendiciones desde México hasta Panamá. La dignidad y el decoro nos hará mejores seres humanos a las Mujeres y los Hombres libres de la Patria Grande. Panamá ha tenido grandes personalidades a lo largo de su Historia. Defender la Soberanía Nacional y promover la Integración de Nuestra América son dos principios que nos ayudarán a todos en cada nación y a la región a conseguir la Paz y construir la Justicia Social. Ayudemos a construir, a buscar el diálogo, a enterarnos de los asuntos cotidianos y también de los contextos. No perdamos la Memoria y no le demos oportunidades al Imperialismo de ejecutar nuevas guerras y crímenes injerencistas en ninguno de nuestros países. Venezuela Bolivariana defiende un proyecto humanista y necesita de la Solidaridad Permanente de todos nosotros. Atentamente, Fernando Acosta Riveros

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