Descubridor del árbol de quina sigue en el olvido

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Descubridor del árbol de quina sigue en el olvido

  •  El panameño Sebastián López Ruiz descubrió el árbol de Cinchona officinalis (Quina), utilizado en la prevención y tratamiento de la malaria, pero sigue en el olvido. Compartió conocimientos con el barón Alexander Von Humboldt y desató la envidia de otros investigadores. Murió pobre, pese a haber ayudado a la humanidad y a la Ciencia.
  • Lo menos que se puede hacer, es darle al sabio un lugar en la historia. Las autoridades en Panamá deberían tener el coraje de hacerlo sin remilgos. Bayano digital honra la memoria de este preclaro y estudioso hombre.

Por Dr. Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá

Sebastián López Ruiz nació en la ciudad de Panamá el 18 de enero de 1741, en el seno de una familia de criollos. Al lado de su padre, quien era Escribano de Su Majestad, inicia sus estudios. Luego, en el Seminario, estudia Latín y Retórica. Posteriormente, en la Universidad de San Francisco Javier, de Panamá, asiste a cursos de Filosofía, Arte, Física, Metafísica, Animalística y Lógica; aquí obtiene los títulos de Bachiller y de Maestro en Artes.

En 1758, se traslada a la Universidad de San Marcos (Perú), donde estudia y le confieren nuevamente el grado de Bachiller. Allí también estudió jurisprudencia y principios de las cien­cias físicas; convirtiéndose en el primer panameño en cursar estudios de Física. Por último estudia medicina, graduándose en 1764; por lo que es el primer panameño en graduarse de medicina.

En el Cuzco, ejerce la medicina y en 1767 se traslada a la Ciudad de Panamá, donde presentó un informe sobre la práctica antihigiénica de enterrar cadáveres en las iglesias; esto le ganó el repudio de la aristocracia istmeña. Él lamentó que la ignorancia y el orgullo, privaran sobre los intereses de la comunidad. Además, planteó la necesidad de trasladar el cementerio público, que estaba al lado de la catedral, a las afueras de la ciudad.

En Panamá, realiza numerosas expediciones y descubre yacimientos de mercurio en Panamá, Cruces y Portobelo. A fines de este año, llega a Bogotá, donde practica la medicina y es nombrado en la Secretaría del Virreinato. En esta ciudad, además, dictaba clases particulares de matemáticas y francés. Entre sus alumnos se encontraba el joven Antonio Nariño, quien posteriormente fue precursor de la independencia de Colombia.

En 1774, reporta el descubrimiento de la quina en las cercanías de Bogotá (La quina es una planta medicinal que se utiliza contra la fiebre y la malaria). En 1776, el Virrey, informa a Su Majestad el Rey, de los méritos y particular servicio de Sebastián López Ruiz. Después de ser examinada y verificada la autenticidad y efectividad de las muestras que él había suministrado, el Real Jardín Botánico de Madrid, le asigna un sueldo de dos mil pesos para que perfeccionara su descubrimiento.

Viaja a España en donde es nombrado Botánico de la Real Orden. Posteriormente se traslada a Francia en donde es nombrado miembro de la Real Academia Madricense y de la Real Sociedad Médica de París, convir­tiéndose en el primer neogranadino en ostentar estas distinciones. Luego retorna a América, cargado de libros e investido con el encargo de Comisionado de la Quina y Jefe de su Estanco y Exportación.

En 1783, escribe un informe sobre un yacimiento de petróleo en el distrito de Cáqueza (Colombia) y sus muestras fueron confirmadas como petróleo en Madrid. Siendo de esta manera el descubridor de petróleo en Colombia. En sus exploraciones, describe el nacimiento y cursos de ríos, el cultivo de la cera, de la coca, algodón, tabaco, cacao, la canela silvestre, y enumera las poblaciones indígenas.

En Madrid, el español Celestino Mutis había hecho petición del título de Descubridor de la Quina Neogranadina, lo que dio inicio a un intenso y largo pleito. López Ruiz cometió dos errores, el primero fue que solicitó que el mismo Mutis certificara su descubrimiento y el segundo fue el pensar que el ser un criollo, nada iba a influir en la disputa. Al final, las autoridades realistas le dieron el título de descubridor de la quina al peninsular Celestino Mutis. Se removió a López Ruiz del cargo de Comisionado de la Quina y lo declararon falso descubridor de la quina; además, no se le concedió más permiso para volver a España.

A pesar de esto, continuó sosteniendo que él era el descubridor del árbol de quina en la Nueva Granada. En 1801, conoció al barón Alexander Von Humboldt, y posteriormente le hace llegar sus manuscritos para que este los examine.

Llegó a tal punto la persecución contra López Ruiz, que trataron de impedir que uno de sus hijos ingresara a estudiar a algunos colegios en Bogotá. El arzobispo de Quito lo definió como natural de Panamá, de una familia un tanto humilde y que al parecer circulaba en sus venas sangre africana, mezclada con noble sangre castellana.

La pregunta que nos hacemos, después de más de 200 años, es: ¿por qué las autoridades realistas invirtieron tanto esfuerzo y se ensañaron contra un desconocido escribiente panameño de la secretaría del virreinato? Sebastián López Ruiz, el más grande científico ilustrado del Virreinato, y autor de numerosas monografías científicas, muere pobre, aislado y decepcionado a los 92 años, el 29 de noviembre 1832 en Bogotá. Sus escritos se conservan en los Archivos Generales de Indias, en Sevilla y en la Biblioteca Nacional de Bogotá, como un legado a la posteridad.

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