Del Brexit a Donald Trump
Rafael Ramos
Corresponsal en Londrés de La Vanguardia
El Brexit ha vuelto a ganar a través de Trump, porque las razones del triunfo del republicano, odio al inmigrante, xenofobia, rechazo a la globalización, proteccionismo comercial y nostalgia del pasado, son las mismas por las que los ingleses y galeses (escoceses y norirlandeses votaron en contra) el pasado 23 de Junio salir de la Unión Europea.
Tanto el Brexit como la victoria de Trump- no son las consecuencias del colapso de Lehman Brothers y la consiguiente crisis financiera, sino de la caída del muro de Berlín.
Al desaparecer el comunismo como contrapeso político e ideológico, se impuso primero la llamada “revolución conservadora” de Reagan y Thatcher y luego el neoliberalismo económico más feroz. Sus excesos llevaron al colapso de la banca, rescatada con los impuestos de los contribuyentes y que a su vez desató políticas de austeridad.
Las consecuencias han sido el debilitamiento o virtual desaparición de los sindicatos, diferencias abismales entre ricos y pobres, aumento de la miseria, evaporación de los derechos laborales y de las ayudas sociales por las que tanto habían luchado anteriores generaciones, fulminación del Estado de bienestar, privatización de la sanidad y la educación, desahucios, deslocalizaciones de empresas, desaparición de profesiones enteras por la automatización, falta de oportunidades para los jóvenes, precios prohibitivos de la vivienda a causa de la especulación más desalmada, postergación de la edad de jubilación a pesar de que no hay empleos para quienes salen de la universidad, dificultad para pagar las pensiones, conversión de la socialdemocracia en centro derecha y la parte esencial del establishment, la renuncia de los medios comunicación como contrapeso del poder ejecutivo…
Hay demasiada gente descontenta con el sistema, que no ve futuro ni para ellos ni para sus hijos, y que está dispuesta a apoyar opciones arriesgadas. En Inglaterra se ha traducido en el Brexit, porque Cameron decidió someter la relación con Europa a un referéndum, y la gente lo utilizó para protestar y pedir un cambio, fuera cual fuera. Y en Estados Unidos los blancos de clase media se han dado cuenta de que el sueño americano ya no va con ellos, de que sus salarios y poder adquisitivo evolucionan a la baja mientras las élites de Washington, Boston y Nueva York se enriquecen cada vez más.
El Brexit ganó por esa frustración, por la nostalgia imperial y porque el laborismo, dividido, no jugó fuerte a favor de Europa. Trump ha ganado también por la rabia, por el hartazgo con los políticos de “la casta” como Hillary Clinton, y porque muchos negros, tras ochos años de Obama, no encontraron motivación para salir a votar.