Cruzada antiHuawei, ¿oportunidad para resurgir como el ave Fénix?

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Huawei convertido en la manzana de la discordia entre China y Estados Unidos.

Por Yolaidy Martínez

Beijing, (Prensa Latina) – Estados Unidos recargó con artillería pesada su ofensiva contra Huawei sin percatarse que puede lograr el efecto contrario, pues empuja a la empresa y a China hacia estrategias que buscan ‒como el ave Fénix‒ elevarlas de la propia “destrucción”.

Sus últimas maniobras proteccionistas provocan un gran dolor de cabeza a millones de consumidores de la marca en todo el mundo, porque implicará en el futuro la desaparición del Android, aplicaciones y servicios de Google.

Huawei sólo podrá hasta el 19 de agosto hacer las transacciones necesarias con dicha empresa para mantener y respaldar las redes y equipos en pleno funcionamiento, incluido las actualizaciones y parches de software sujetos a contratos y acuerdos legalmente vinculantes firmados antes del 16 de mayo.

Incluso aseguró que continuará brindando actualizaciones de seguridad y servicios de postventa a todos sus productos existentes.

Sin embargo, países como Japón retrasaron el lanzamiento del celular P30 Lite, mientras en otros como Singapur y Filipinas las tiendas minoristas se apresuran a liquidar dispositivos de la firma y muchos propietarios buscan intercambiarlos por temor a que les resulte inservible.

Huawei es el segundo proveedor del planeta de teléfonos inteligentes y el año pasado comercializó 203 millones de aparatos, contra 150 millones en 2017.

Sin las prestaciones de Google se prevé un golpe, especialmente, en el mercado europeo, donde se concentran sus ventas.

De momento la corporación china descarta grandes daños porque asegura tener un amplio stock de componentes para mantener las operaciones y servicios postventas en situaciones como la actual, donde es imposible acceder a tecnología y materiales en la nación norteña.

Su presidente y fundador, Ren Zhengfei, comentó sobre un plan alternativo que incluye reforzar la tecnología, recurrir a la local HiSilicon para acceder a microchips y activar en octubre el propio sistema operativo denominado HongMeng OS, con perspectivas de mejorar gradualmente hasta hacerse un competidor fuerte.

También se alista el Ark Compiler, con potencial para soportar su versión Android mod EMUI y lograr el buen desempeño de las distintas apps; y está en marcha el reclutamiento de talentos a fin de acelerar la innovación y el desarrollo de la inteligencia artificial, chips y nuevos modelos de smartphones con el HongMeng OS incluido.

La compañía prevé una inversión de 100.000 millones de dólares en el próximo lustro en más investigaciones, desarrollo y la modernización de su sistema y equipos para convertirlos en los más eficientes del mundo.

Se propone simplificar las redes y modelos de transacciones, optimizar la ciberseguridad y cumplir con los estándares europeos de privacidad contemplados en el Reglamento General de Protección de Datos.

Ren considera los tiempos actuales la oportunidad de batallar, reinventarse y mejorar cada dispositivo, sistema o servicio prestado, al enfatizar en que el resguardo de información privada y la ciberseguridad son principios clave de Huawei y más ahora que la tecnología se adentra en la era de la computación en la nube.

Esa teoría la comparten especialistas y medios internacionales de prensa, que incluso alertan que a mediano plazo el cese de negocios con Google podría costarle el monopolio con el Android, al incitar a Huawei a seguir el ejemplo de Apple e instaurar su propio sistema de explotación, una idea manejada aquí.

Precisan que la marca china difícilmente pueda ignorarse del todo por los creadores de aplicaciones, pues los forzaría a ofrecerle así una versión personalizada de sus productos con tal de no renunciar a este importante cliente del mercado.

Otro aspecto significativo es que Huawei inspiraría a otros fabricantes chinos de móviles como Xiaomi, Oppo o OnePlus a tener un sistema propio, lo cual les evitaría convertirse en víctimas de presiones estadounidenses.

Y en efecto, las barreras de los últimos días provocaron que China reaccionara con un recorte en los tributos que paga la industria nacional de softwares y circuitos integrados para estimular la producción, sustituir importaciones y reducir la dependencia de mercados internacionales, como el de Estados Unidos.

Según el Ministerio de Finanzas, además las firmas que reportaron utilidades en 2018 gozarán de una exención tributaria por dos años, mientras entre el tercero y el quinto año verán una reducción del 25 al 12,5 por ciento del pago del impuesto sobre la renta.

De conjunto, el Gobierno planea endurecer las regulaciones sobre el almacenamiento de datos en internet, prohibirá su transferencia a usuarios y pedirá a compañías locales y extranjeras entregar información por razones de seguridad nacional.

Ello implicará que las empresas digitales no podrán enrutar al exterior el tráfico generado en la red de redes desde China, o sea publicar, compartir, transferir o suministrar contenidos importantes, sin permiso de las autoridades.

Estas disposiciones estipulan serios castigos, inclusive la revocación de licencias e imposición de cargos criminales en caso de violación; se abrirán a consulta pública desde el 28 de junio próximo y, de entrar en vigor, podría afectar a corporaciones estadounidenses de internet como Google, Microsoft y Amazon.

Por otro lado, a raíz de que el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos prohibiera a editores y correctores de Huawei revisar sus publicaciones, académicos chinos urgen a fortalecer su influencia global y construir alianzas con la comunidad científica de otras regiones, incluida Asia.

El experto en el tema Zhang Yunquan dijo al diario Global Times que se trata de un buen momento para que los intelectuales del país den esos pasos, creen más organizaciones especializadas y expandan los contactos mundiales más allá de Estados Unidos.

La campaña antiHuawei tiene como telón de fondo la rivalidad de la Casa Blanca contra China y busca debilitar uno de sus nuevos motores de desarrollo: la innovación tecnológica y, en especial, la revolucionaria 5G.

Se trata de la red más veloz y capaz de conectar todo, en cualquier lugar y todo el tiempo sin congestión.

Como Huawei lleva la delantera en la creación de equipos y módulos que la sustentan, se le acusa de vigilar o interferir datos de todo tipo, algo nunca demostrado.

La realidad es que Washington desató una guerra de normas porque la ventaja comercial de definir estándares favorece a proveedores tecnológicos locales, y en el caso de la 5G, estimaciones mundiales auguran que hacia 2035 generará 3,5 mil millones de dólares de rendimiento y 22 millones de empleos en todo el planeta.

“Nos hemos preparado con antelación para garantizar la sostenibilidad y continuidad (…) Nuestra prioridad cimera es el cliente (…) y lo hemos asumido en serio”, resumió ante periodistas uno de los directivos de la corporación china.

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