Crónica anunciada sobre la derrota de un partido político

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Movilizaciones de activistas del PRD.

Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público

Por mas exclamaciones de victoria que el delfín del actual gobierno proclamase en su discurso, al final de las elecciones internas del Partido Revolucionario Democrático ((PRD), la mayoría de los miembros del partido debieron estar conscientes de que era una crónica de derrota anunciada del partido que fundó Omar Torrijos. Según algunos cálculos más conservadores, el PRD será derrotado en la próxima contienda electoral en 2024.

Con gran cinismo, el delfín manifestó su regocijo por los resultados obtenidos en las urnas. Comenzó el discurso diciendo que su gobierno libró una gran batalla frente a la sindemia de Covid-19. Olvidó por completo que fue el principal protagonista del primer escándalo de corrupción, al haber cotizado unos ventiladores a precios exorbitantes. En los meses posteriores, no fue presentado un informe sobre los gastos que ocasionó la lucha contra esa enfermedad. No se sabe a satisfacción el resultado de una auditoría forense sobre los gastos de su gobierno en esos menesteres.

Se ufanó del reparto de dineros, evidentemente con maliciosa intención, con la excusa de minimizar los efectos de una pobreza nacida de la epidemia. ¿Cuánto se gastó y cuánto dinero se dilapidó, al entregarlo a ciertos grupos discrecionalmente? No se sabe. ¿Es totalmente factible electrónicamente saber cuánto le tocó a cada ciudadano? Es posible.

La contienda interna del PRD pronto se conocerá como una de las mas nefastas. El clientelismo, ungido a su máxima expresión fue la característica fundamental en cada una de sus manifestaciones para alcanzar un triunfo pírrico. Hubo necesidad de inventar una doble descentralización, aprovechando la falta de una Controlaría y una Presidencia ciega, sorda, muda y hasta cobarde. El delfín va a cargar con toda la andanada de críticas y el comentario popular de un gobierno ineficiente.

Pero no todo está perdido para el partido de Omar. Son importantes y muy expresivas las manifestaciones de miles de integrantes del PRD que votaron en blanco, y de los otros miles que votaron maliciosamente, demostrando con esos votos, blancos y nulos, el rechazo y el descontento causado por el mal manejo partidista, especialmente del gobierno de unos pocos sin trayectoria torrijista.

Así las cosas, la crónica de una derrota anunciada para el PRD en las elecciones generales de 2024 está confirmada. Será una aplastante derrota para el delfín, sin suficiente talento para enfrentarse a una oposición, utilizando la ventaja del clientelismo. La sociedad vive un período en que, salvo unos cuantos bolsones de seriedad y honestidad, transita por un período caracterizado por sinvergüenzuras, coimas y compra de conciencias para alcanzar cimas.

Pese a los nubarrones en el horizonte, habrá miles de verdaderos torrijistas que harán lo posible para que el partido de Omar se recupere y con inteligencia salve a este país.

1 COMENTARIO

  1. Este artículo, es un descarado resumen de la matriz de opinión «antiPRD» que promueven los adversarios del gobierno de turno. «Ventiladores», «escándalos de corrupción fantasmas», «doble descentralización». Igual que hizo la oposición venezolana antichavista, recurren a asignar a los votos nulos y blancos un «protagonismo subversivo».

    Lo cierto es, que el PRD llevó a las urnas más del 60% de sus copartidarios en todos los cargos electorales, algo que no ha hecho ningún partido criollo.

    El articulista pronostica un escenario «apocalíptico y anárquico» para el PRD; y resulta que en las Primarias del PRD fueron a votar, el 20% de las personas inscritas para votar en las Elecciones Generales del 2024. Una de cada cinco personas que votaran en el 2024, votaron ayer.

    Al articulista trata de descalificar la idoneidad del candidato ganador y pasa por alto que «el delfín» que critica irá a la próxima campaña electoral del 2024 «montado» en la poderosa maquinaria electoral del PRD.

    Le informo al articulista que el PRD se puede dar el lujo de presentarse a unas elecciones generales con un candidato analfabeta, ciego, sordo y mudo, y aún así no tiene garantizado un 32% mínimo de los votos válidos.

    En otras palabras, el joven que escogió el PRD ayer, sólo tiene que sonreír y saludar; el resto, lo hace la poderosa maquinaria del PRD.

    No se preocupe por ese nobel relevo generacional, porque el contará con la inteligencia colectiva del PRD para gobernar.

    ¡Saludos!

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