Por José Dídimo Escobar Samaniego
Cédula: 7-84-41
Roberto Roy, ministro del Canal y presidente de la Junta Directiva del Canal de Panamá, ha sido señalado como receptor de coimas de Odebrecht a través de la empresa española FCC por el abogado de Odebrecht, Rodrigo Tacla Durán, letrado que trabajaba para la constructora brasileña Odebrecht. Reconoció que ha blanqueado dinero para esa empresa, que cedió sus cuentas para realizar pagos y movimientos a través de paraísos fiscales. Así consta en una declaración ante la fiscalía española, fechada del 13 de febrero de 2017, y la cual comenzó a circular en redes.
Henri M. Mizrachi K. y Nicolás Corcione tienen orden de detención de Interpol, por el caso de New Business. Otros miembros de la Junta Directiva también son mencionados en negocios en los que utilizan para sus fines, información privilegiada desde esa instancia.
A ninguno de los señalados se les ha escuchado la palabra renuncia, muy a pesar del escándalo y el daño que estos hechos le causan a la imagen del Canal de Panamá, la principal empresa del pueblo panameño.
Un puerto sin control
Desde el puente de Las Américas, justo hacia el norte, se puede observar un hecho inaudito y sorprendente. La Autoridad Portuaria de Singapur (PSA, por sus siglas en inglés), quien mantiene una concesión para explotar una terminal de contenedores en el puerto de Rodman, ha desarrollado una infraestructura portuaria en la que ha instalado ocho grúas de pórticos, casi encima de la línea de tránsito de los barcos que entran en la parte sur del Canal de Panamá.
De hecho, el proceso de acodamiento y la dársena compromete a simple vista parte del canal de navegación y no se sabe quién ha podido autorizar tal empresa, es decir la inversión de la ubicación de las grúas hacia el Canal y no como debió haber sido, de desarrollar dichas instalaciones hacia tierra adentro.
Lo que sí sabemos, es que es esa misma Junta Directiva del Canal, ampliamente cuestionada, es la responsable de haber permitido el consentimiento al exabrupto que compromete seriamente el curso de navegación de la entrada de las naves al Canal de Panamá en la parte sur.
La concesión del puerto fue otorgada en el 2007 por el Gobierno de Martín Torrijos, y aprobada por la Asamblea Nacional de Panamá en abril de 2008. Es extraño que las autoridades nacionales se nieguen a que la Autoridad Marítima de Panamá pueda administrar instalaciones portuarias en el Canal. No obstante, le han facilitado concesión a la Autoridad Portuaria de otro Estado, en este caso, el de Singapur.
La antigua base naval estadounidense de Rodman, es un puerto que sirvió originalmente sólo para naves militares del gobierno y la Fuerza Naval de Estados Unidos y a naves con combustible que tenían conexión por oleoducto con los a tanques de almacenamiento localizados en la vía a Arraiján.
Lo que no puede ocurrir es que se haya autorizado un proyecto portuario como éste que, estando en manos de un estado extranjero, incuestionablemente afecta el libre tránsito y pudiera eventualmente ser un peligro real a nuestro Canal.
Esta misma Junta Directiva autorizó del uso inconstitucional de 11 hectáreas protegidas y reservadas para la operación del Canal al Grupo Sílaba. a pesar de ser prohibido e inalienables, lo cual constituye un atentado al orden legal y constitucional.
Es la misma Junta Directiva que ha contrariado recomendaciones de estudios de empresas muy serias a las que se ha pagado sumas millonarias, u ha conspirado para desarrollar el puerto en Corozal, afectando el tránsito del Canal, a la comunidad de Alto de Jesús, sabiendo que el lugar ideal para desarrollar el complejo portuario es en la entrada del Canal, desde Farfán hasta Palo Seco, sólo porque miembros de esa Directiva se han apropiado de terrenos próximos a Corozal. que luego pasarían a ser áreas de desarrollo logístico privado, es decir, grandes negocios a nuestra costa.
Es la misma Junta Directiva del Canal en la que están ausentes los sectores populares que lucharon por lograr un Canal para los panameños. El triunfo de nuestra lucha, poco a poco ha sido objeto de un colosal despojo, incluyendo que la oligarquía se ha tomado la dirección de nuestro Canal y la han sometido a esta escandalosa crisis que los panameños no nos merecemos.