Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público
El terrible hecho de que cerca de 4.000 ciudadanos fallecieran en Panamá en 2020, como consecuencia de la pandemia de Coronavirus (Covid-19), demuestran lo costoso que ha sido el año para muchas familias, pero también lo beneficioso que fue ese período para unos cuantos dueños de negocios.
La pandemia que se inició en el 2020, indiscutiblemente continuará afectándonos en 2021. Ha tenido un costo profundo y doloroso para toda la sociedad panameña.
Pero, al mismo tiempo que médicos, enfermeros y todo el personal de Salud atendía esa masacre biológica, otros sectores sacaban provecho de la pandemia que les coloco en bandeja de plata oportunidades para producir ganancias para sus bolsillos, a expensas de un erario público que se estrangulaba, y de una situación económica que golpeaba a miles de empleados públicos.
El costo beneficio de la pandemia es posible contabilizarla.
El número de contaminados, el alto porcentaje de positividad de los hisopados, la cantidad de enfermos en hospitales y hoteles, aumentó en los cuidados intensivos y notoriamente en la cantidad de muertes. Ello representa un altísimo costo para este país.
A esos estragos habría que sumar la frecuencia sobre algunos sobrecostos, desde la adquisición de instrumentos para atender a los enfermos hasta las relacionadas con la construcción de un hospital modular y también sobre otros numerosos tópicos.
En el 2020, ha sido notable la incompetencia de un Ministerio para pagar a tiempo los contratos y nombramientos de médicos y enfermeras, que están en la primera línea de fuego contra la pandemia. Hay que recordar que por presión pública fue suspendido un contrato para el trasiego de medicinas por sus notables huellas de corrupción y atrasos considerables en el pago a los hoteles-hospitales. Todo esto a un alto costo.
Pero, quizás la cereza que desbordó el vaso de la corrupción en pandemia fue el costo beneficio denunciado con los hisopados a los usuarios del aeropuerto de Tocumen, al punto de que sus resultados han sido catalogados como “falsos positivos”. Empresas de poca monta, sin experiencia científica y sin los permisos correspondientes han sido denunciadas por jugar con la Salud de los turistas, panameños y extranjeros.
A las autoridades de Salud no solamente las critican por la poca efectividad en sus decisiones para combatir semejante pandemia, sino por hacer oídos sordos ante los requerimientos de información sobre actividades comerciales relacionadas con la pandemia.
El Coronavirus y el estilo del “juega vivo” panameño han sido letales en materia política y económica durante la emergencia sanitaria. El final del 2020 demuestra un claro costo beneficio que inesperado. Al frente, hay un 2021 complejo. en el cual tenemos que predecir, como lo dijera un general que se convirtió en clarividente: “los que vienen después de mí, serán peores”.