Carta de Celia Sanjur a Esmeralda Brown

Siempre me llamó la atención tu fortaleza para enfrentar en soledad tus retos.  La forma que salís adelante.  Con valentía, pero a la vez con prudencia.  Y me preguntaba... Cómo una panameña colonensa, con una infancia tan difícil lograba sobrevivir con dignidad en ese medio tan hostil de la sociedad newyorkina.

0
301
Esmeralda Brown a la derecha

Nuestra consternación por la pérdida de dos luchadores por la soberanía nacional,  va de la mano de expresiones como la del joven estudiante Gilberto Solís quien dijera en las redes sociales. «Dos grandes patriotas han dejado este mundo. Esmeralda Brown, la diplomática panameña de The Panamá Decepción y Juan Mackenzie, combatiente contra la invasión. Algún día, el 20 de diciembre será declarado, duelo nacional».

Bayano digital al expresar su profundo pesar por la muerte de Esmeralda Brown, reproduce la carta que le envió su amiga y hermana de lucha y solidaridad con los pueblos Celia Sanjur, quien dijera:

Así recuerdo, el primer aniversario de la invasión a Panamá, al cual, por tu gesto solidario, me encontré acompañándote.  Denunciábamos ambas, lo que sucedía en nuestra patria, tratando de evidenciar lo que nos había sucedido, y del genocidio contra nuestro pueblo, que todavía hoy, no se recupera de esta catástrofe, que nos cambió la vida para siempre.

Carta a Esmeralda Brown

Por Celia Sanjur

Esta carta de la envié a mi hermana Esmeralda Brown, ya que iba a operarse la primera vez que le salió un quiste canceroso. Fue el 20 de enero de 2019. Se las comparto a ustedes para mantener vivo el ejemplo de quien fue esta ejemplar mujer. Celia Sanjur.

Querida Esmeralda.  Sé que te debo una carta, una visita, un abrazo.  El poder decirte personalmente que te quiero y te queremos.  Que te quiero, por los años que tenemos de conocerte.  Porque para mí has sabido ser una hermana.  Nunca importó la situación en que me conociste y me encontraste. Siempre recibí de ti, una voz de aliento, un impulso para seguir adelante en todas las situaciones que atravesamos.  Mucha alegría recibimos mutuamente.

Siempre me llamó la atención tu fortaleza para enfrentar en soledad tus retos.  La forma que salís adelante.  Con valentía, pero a la vez con prudencia.  Y me preguntaba… Cómo una panameña colonensa, con una infancia tan difícil lograba sobrevivir con dignidad en ese medio tan hostil de la sociedad newyorkina.

No tenía la respuesta, hasta que conocí la comunidad latinoamericana que te rodeaba, que reemplazó tu propia comunidad panameña, que te dio amor, solidaridad y compañía.

Esa misma riqueza humana que ganaste en tu lucha permanente, me la entregaste sin reservas.   Nuestro trabajo en Panamá siempre fue tan agobiante, pero tú lograste comprender nuestros retos, amaste nuestros amigos y combatiste a nuestros enemigos.

Puedo decir, que siempre que te busqué, te encontré. A los años comprendí, que Cuba, que Vilma, propiciaba que nos buscáramos y nos acompañaramos.

No te había escrito antes, porque me he pasado un tiempo, repensando, como te escribiría.  No encontraba el momento y las palabras para escribirte este par de letras. Hoy que lo hago, los hechos, las emociones y las palabras me salen a borbotones.

Afortunadamente, la soledad personal en que te conocí, se disipó un poco cuando encontraste a otro luchador y su familia, que te supo amar y comprender.

La verdad, yo no pensaba que durarían tanto, porque este hombre tiene su carácter.  Pero no contaba con lo que el tiempo me demostró.  Su verdadera pasión siempre fuiste tú.  Tú lo haces fuerte, lo llenas de un espíritu, que aquél siente que puede romper todas las barreras que tiene a su paso.  Y así fue, desde que se conocieron, pudo más el amor y la pasión por el trabajo.  Su raza los unió, se amaron y se aman intensamente.  Estoy segura, que está al lado tuyo, apoyándote como lo ha hecho siempre.

Dicen que los mayores, porque ya somos mayores, recordamos episodios importantes que se quedan grabados en nuestra conciencia, como si no hubiera pasado el tiempo .   Así recuerdo, el primer aniversario de la invasión a Panamá, al cual, por tu gesto solidario, me encontré acompañándote.  Denunciábamos ambas, lo que sucedía en nuestra patria, tratando de evidenciar lo que nos había sucedido, y del genocidio contra nuestro pueblo, que todavía hoy, no se recupera de esta catástrofe, que nos cambió la vida para siempre.

Seguimos buscando ese corazón que se nos perdió la madrugada del 20 de diciembre, como dijo la poeta Consuelo. Y en ese momento, tus amigos dominicanos, portorriqueños, africanos, y muchísimos latinoamericanos me abrazaban por ti, y nos acompañaban en esta época.  Estábamos a 40 grados bajo cero.  Yo quería quedarme en la cama porque difícilmente podía respirar.  Pero tu actitud siempre fue un reto y una enseñanza.

Luego con tu andar, resultó que pasabas de Panamá a New York, y de New York a Centroamérica, África, y el resto del mundo.  Todo era conocido por ti, por los años que trabajaste en la ONU.  Me acuerdo que sorteabas tus jefes para seguir haciendo solidaridad. Siempre llena de anécdotas del paso de los líderes latinoamericanos pidiendo y dando solidaridad para sus revoluciones, y que tú siempre aportabas y las hacías tuyas, por tu trabajo en la ONU.

Te cuento esto hermana, porque quiero seguirte viendo de esta forma.  Porque lo que enfrentas hoy, es otra de las tantas batallas, que has tenido en tu vida. Y como eres luz de los que te rodean, con tu fortaleza, continuaremos viéndote vencer y luchar siempre, por derrotar la adversidad.

Todos los que te rodeamos, que somos parte de tu afecto y de tu vida, te estamos acompañando, para que venzas una vez más, tu difícil prueba. Con valor, con gallardía, con paciencia y con amor.

Necesitamos que saques fuerzas de nuevo, que luches de nuevo y que venzas otra vez, querida hermana.  Ejemplo de solidaridad y amor verdadero.

Con nosotros, está tu hermano Roberto.  Estamos todos los que conociste, ofreciéndote fortaleza, cariño, y humanidad para vencer.

Te quiero y queremos querida Esmeralda. Estamos aquí contigo siempre. Te abrazo hermana.

 

Dejar una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí