Andrea Quijada y la solidaridad panameña

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Andrea Quijada acompañada por su abuela. (Foto: Telemetro).

Andrea Quijada y la solidaridad panameña

Por Alberto Velásquez
Periodista
Desde El cocal, en el distrito de Las Tablas

Gracias al espíritu de solidaridad de un sector muy especial del pueblo panameño, entre los cuales se destacan comunicadores, fundaciones, numerosos profesionales y gente de todos los niveles, la niña de 14 años de edad Andrea Quijada regresó recientemente a Panamá, libre de un tumor que le extirparon con gran éxito en un hospital de España.

El hecho tiene varias aristas que son objeto de comentarios. En verdad, constituye un acontecimiento que mueve hasta las fibras más íntimas de nuestros corazones, por tratarse de salvar la vida de una humilde niña panameña que sufría desde sus primeros años de vida un padecimiento físico que estaba fuera del alcance de un centro de salud nacional.

Ante la costosa cirugía y tratamiento, y la difícil situación económica de la familia de la niña, un medio de comunicación, especialmente por iniciativa del comunicador social Luis Casis, a quien ahora apodan el “ángel terrestre”, se inició una colecta pública para costear las necesidades médicas de la paciente.

No obstante, tras el positivo resultado de la campaña emprendida por el colega periodista y del medio televisivo Telemetro, se plantean varias interrogantes sobre ese acontecimiento y otros similares, promovidos por los mismos comunicadores. Estas son algunas preguntas básicas para ayudar a la reflexión:

¿Por qué es necesario efectuar una colecta pública para la atención de casos como el de Andrea, si vivimos en un país supuestamente con un alto porcentaje de crecimiento, con un Producto Interno Bruto (PIB) sobresaliente, frente a naciones circundantes? ¿Por qué un presupuesto nacional de miles de millones de balboas no tiene previsto, o no puede separar montos para casos especiales como el de Andrea?

No nos oponemos a las colectas. Ellas son necesarias para demostrar la solidaridad humana, especialmente en los pueblos latinoamericanos. Realmente, son valiosas para solucionar problemas en las comunidades. ¿Pero, al menos en Panamá, habrá un millonario, de tantos que surgen en la palestra pública, que se desprenda de algunos miles de balboas para salvar la vida de humildes ciudadanos enfermos y sin recursos?

Durante los últimos gobiernos nacionales, especialmente desde hace diez años, este país ha sido protagonista de numerosos escándalos financieros, desfalcos millonarios, contratos y coimas que suman muchísimo dinero perteneciente al pueblo panameño y que no se recupera todavía. Por otra parte, malos manejos han afectado el normal funcionamiento de los servicios públicos en los que debería apoyarse la población pobre y enferma.

El caso de Andrea es patético. Debe llamar la atención de los ciudadanos, quienes no se percatan, no tienen conciencia o simplemente miran hacia otro lado ante esos hechos. Cada balboa que se paga adicionalmente en las mega obras y proyectos del Estado, o el despilfarro en el manejo de fondos públicos, va directamente en desmedro de la atención social y del sistema de Salud que corresponde realizar al Estado.

Las colectas públicas continuarán, el panameño humilde y de todos los sectores seguirá apoyando esas loables iniciativas, pero falta la decisión de un gobierno que enfrente esos problemas con entereza y capacidad de solución, si logra manejar la cosa pública con honestidad y transparencia.

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