Por Gilberto García
Representante de Panamá
Líderes ambientalistas centroamericanos reunidos en San Salvador, la capital salvadoreña, rechazaron hoy los proyectos de la minería a cielo abierto en los países de la subregión y llamaron a los gobiernos a frenar la devastación y la contaminación de afluentes.
Dirigentes de los grupos organizados en Guatemala Honduras, Nicaragua, El Salvador y Panamá reafirmaron su decisión de luchar juntos contra la minería metálica a cielo abierto, debido a potenciales peligros ambientales, debido al extractivismo y a los daños provocados a las cuencas hidrográficas.
Los activistas señalaron en conferencia de prensa que Guatemala y El Salvador corren peligro con la contaminación de las aguas del río Lempa, el único afluente que da vida a El Salvador.
El Lempa es un río con vertiente al océano Pacífico. Posee 422 kilómetros de longitud y es uno de los afluentes más largos de Centroamérica. De hecho, es el más largo de El Salvador. Su cuenca abarca tres países: Guatemala, Honduras y El Salvador, y ha sido cuna de grandes civilizaciones.
En los últimos años, se han detectado descargas de arsénico que ponen riesgo a las poblaciones ribereñas, lo que genera preocupación y alarma en materia de Salud Pública.
Multinacionales mineras ven a los países centroamericanos como una fuente de la explotación mineral, pero las diversas organizaciones ambientalistas de la subregión han alzado las banderas de lucha en defensa de patrimonio hídrico y la soberanía de la soberanía ambiental.