“Omar Torrijos me salvó la vida”, revela diputada del Parlamento Español

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“Omar Torrijos me salvo la vida”, revela diputada del Parlamento Español

Redacción de Bayano digital

Al cumplirse 38 años de la desaparición física del general Omar Torrijos, dirigente del proceso de liberación nacional panameño. Bayano digital presenta a sus lectores el testimonio de Ana Surra, diputada por Cataluña al Parlamento al Español, quien sobrevivió al golpe de estado en Chile, en 1973, y desde Caracas, Venezuela, quiso compartir sus íntimos recuerdos.

La diputada por Cataluña al Parlamento Español Ana Surra. entrevistada por Bayano digital durante la XXV encuentro del Foro de Sao Paulo realizado en Caracas, destacó que, tras el golpe de estado en Chile, ejecutado el 11 de septiembre de 1973, viajó a Panamá por gestiones del general Omar Torrijos, jefe del gobierno, quien autorizó el ingreso a este país de centenares de latinoamericanos que escapaban del horror de la represión y los crímenes de la dictadura chilena.

“Si el general estuviese vivo, yo le agradecería, porque si no hubiese sido por él, me habrían matado o regresado al Uruguay”, para ser una más en las estadísticas de desapariciones, señaló la parlamentaria de origen uruguayo, a quien le habría gustado volver conversar con el general Torrijos en un histórico e imaginario reencuentro para evocar el ejemplo de la solidaridad y la lucha latinoamericana que conoció en Panamá.

Surra recordó que en la década de 1970 llegó a Chile como una integrante del perseguido movimiento Tupamaro, para escapar de la represión oficial en Uruguay. En suelo chileno, coadyuvó con los sindicatos y las comunidades organizadas que apoyaban la política del presidente socialista Salvador Allende de nacionalizar el cobre, e impulsar una democracia con plena justicia social.

Sin embargo, los inmigrantes en ese país volvieron a enfrentar un grave riesgo para sus vidas cuando las Fuerzas Armadas de Chile, encabezadas por el general Augusto Pinochet, bombardearon el Palacio de La Moneda, provocaron la muerte del presidente constitucional en ese país y ordenaron detenciones masivas y eliminaron en forma arbitraria las garantías constitucionales.

Tres días antes del cruento golpe de estado, la Embajada de Panamá en Santiago de Chile había cambiado su sede, lo que tuvo un efecto favorable para que chilenos y ciudadanos extranjeros buscado por los represores pudiesen acceder a esa representación oficial y solicitar refugio y asilo. El general Torrijos y el comandante cubano Fidel Castro figuraron entre los primeros jefes de Estado en el mundo en gestionar el asilo.

Surra recordó que Panamá se acogió al “estatuto de tránsito” para que las personas hacinadas dentro de la Embajada de Panamá en Santiago de Chile obtuviesen el salvoconducto y pudiesen llegar en forma expedita a territorio panameño. En aquellos días, había unas 260 personas en un espacio reducido, quienes debían dormir y asearse por turnos para sobrevivir a esa pesadilla en Chile.

La parlamentaria sostuvo que viajó con gran incertidumbre a Panamá, a bordo de un avión, por gestiones del general Torrijos, quien poco después se reunió con los recién llegados para asegurarles que eran ciudadanos libres. Luego, el militar invitó a sus huéspedes a la inauguración de una cancha de baloncesto en el límite geográfico entre dos barrios que mantenían rivalidades y pudieron armonizar sus relaciones en un partido amistoso.

De acuerdo con Surra, para ella fue algo novedoso conocer cómo, a través del deporte, las comunidades pueden dejar atrás antiguas rencillas. En un momento de la entrevista, se refirió al jefe de la entonces Guardia Nacional como “mi general Torrijos”, ya que aprendió a respetarlo por su capacidad de dialogar con la gente y encontrar sobre la base del diálogo y la consulta una fórmula para resolver las diferencias y generar cohesión social.

Resaltó que esa admiración hacia Torrijos creció cuando el jefe del gobierno panameño decidió llevar adelante la causa de recuperación del Canal de Panamá, que es, en cierta forma, el equivalente al cobre para los chilenos, o el petróleo para los venezolanos. Sostuvo que, debido a la acción solidaria y valiente de Torrijos, pudo salvar, además, la vida de su hijo y de una hermana cuyo hijo nació en Panamá.

Surra puntualizó que en la conmemoración de los 38 años de la desaparición física del artífice de la firma de los Tratados del Canal de Panamá y de la recuperación de la soberanía de los panameños, tiene una deuda de gratitud con el comandante Torrijos, al igual que muchos otros latinoamericanos que viven debido a una decisión histórica de valor incalculable.

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