Al descubierto un tránsito peligroso

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Puerto PSA, en la antigua Base de Rodman, en la vertiente del Pacífico.

Por José Dídimo Escobar Samaniego
Cédula: 7-84-41
Candidato a presidente por la libre postulación

Escrito está en la Biblia que: “Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz”. Lucas 8:17.

El Barco MSC Shuba B, atracó en el puerto PSA, antigua base de Rodman, el viernes 5 de octubre en horas de la tarde.

El barco llevaba un contenedor con un gas altamente tóxico, amoniaco o gas cáustico. Como a las seis de la tarde, se dio la alarma del escape de dicho gas que puso en peligro la vida de los trabajadores del puerto, de miles de personas que viajaban por la carretera rumbo al área oeste y, por supuesto, a todos los que viven en la comunidad de Balboa, al frente de esas instalaciones.

Pudo ocurrir una tragedia de proporciones dantescas, y la empresa, a estas horas, todavía ni siquiera ha notificado el serio incidente y ninguna autoridad ha dicho esta boca es mía, y aún esperan, los residentes del área, algún plan para el manejo de esa clase de emergencias, sobre todo medidas ejemplares contra la empresa y personas que, ocultando la gravedad del peligro, han expuesto a miles de panameños al riesgo de sus vidas.

El barco ya zarpó, raudo y veloz. Sin embargo, no se tomó ninguna medida de seguridad para que dicha empresa, junto con el puerto, asuman la debida responsabilidad que corresponde, que la han ocultado herméticamente con la complicidad de las autoridades de la Seguridad Nacional, la Autoridad Marítima y la Autoridad del Canal de Panamá.

Pareciera que la vida de los panameños no tiene tanta importancia y que es preferible ocultar un incidente como éste, que quedará impune porque pareciera que, en este país no hay gobierno que cumpla con la disposición constitucional contenida en el artículo 17, respecto de que; “las autoridades están instituidas para proteger en su vida, honra y bienes” a nuestros compatriotas, no obstante, los que tienen poder económico e influencias con el gobierno, pueden disponer caprichosamente de la vida y la dignidad de todos.

Da coraje saberse desprotegidos por quienes tienen el deber de hacerlo. Por causa de la corrupción existente, pudimos hoy, estar muertos por miles, como moscas, como ha ocurrido en otras latitudes, y si estamos vivos es sólo por la Gracia de Dios.

Un crimen de esa naturaleza exige la más prolija investigación y que la empresa portuaria y la nave asuman la responsabilidad penal y civil que surja de las investigaciones que deben ser realizadas de inmediato.

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