El Ovillo de Ariadna

Asirse al “Ovillo de Ariadna” para enfrentar al “minotauro de la corrupción”

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El minotauro de la corrupción se alimenta de la "res publica"

 

Manifiesto de indignación

Nota de la redacción de Bayano digital

Bayano digital reproduce el artículo publicado originalmente en el Blog de la Vanguardia Torrijista  en el que se delineó la red de corrupción y se establecieron las tres disyuntivas que se le presentarían al Presidente Varela:

1) Asirse al “Ovillo de Ariadna”, tejido por la sociedad en su conjunto, para enfrentar al “minotauro de la corrupción”, con la decisión de Teseo y salir invicto del laberinto; 2) vagar perdido por el laberinto, en tanto la bestia, aún insatisfecha, se alimenta de la “res pública”; 3) tomar el camino de Ícaro, hijo de Dédalos: emprender con parsimonia, un vuelo hacia el sol, con alas de cera y sucumbir en el intento ante un  CIRCULO CERO renovado.

Al parecer los sobornos de la constructora Odebrecht, que seguramente podrán tocar al CIRCULO CERO renovado de la actual administración, hace que el presidente Varela divague perdido en el laberinto de la corrupción, en tanto la bestia aun insatisfecha, depreda la «res pública».

La devolución de 59 millones de dólares es irrisoria, a la luz de los sobrecostos en las obras de infraestructuras contratadas a Odebrecht.  La línea 1 del Metro de Panamá, por ejemplo, construida por Odebrecht supera 2.5 veces el costo del Metro de Dubai.

Los precedentes indican  que éstas devoluciones son la modalidad empleada para eximir de responsabilidad a quienes han cometido graves delitos contra la administración pública.

Bayano digital, como portavoz de la indignación de toda la ciudadanía,  denuncia y exige que se investiguen y lleven a juicio a todos los involucrados en el escándalo continental de sobornos de la Constructora Odebrecht.

El Ovillo de Ariadna

Asirse al “Ovillo de Ariadna” para enfrentar al “minotauro de la corrupción”.

“El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad.” Papa Francisco

Por Cecilio E. Simon E.
1 de septiembre de 2014

Cuenta la leyenda que el minotauro, nacido de una relación antinatural, se alimentaba de carne humana y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Dédalo construyó el Laberinto de Creta, donde el minotauro fue abandonado.

Anualmente eran internados en el laberinto catorce jóvenes, que vagaban perdidos durante días hasta encontrarse con la bestia, sirviéndole de alimento. Teseo, Confabulado con Ariadna, se ofreció en sacrificio para matar al minotauro. Ella le entregó un ovillo de hilo que amarró a la entrada del laberinto. Teseo recorrió los enmarañados pasillos, mató al minotauro y para salir del laberinto siguió el Ovillo de Ariadna.

El minotauro de la corrupción, nacido del cruce antinatural  de intereses públicos y privados se apropió de bienes y recursos del Estado, en beneficio de la fracción político – empresarial que gobernó el país durante el pasado quinquenio.

La bestia, se alimentó, con desenfreno, de la “res pública”; su apetito se hizo salvaje e incontrolable, por eso pretendía extender su control de las finanzas públicas por cinco años más.  El laberinto de la corrupción construido en la administración del Ex presidente Ricardo Martinelli consta de tres anillos concéntricos:

El primer anillo, encabezado por el propio Martinelli e integrada por sus familiares y un selecto grupo empresarios, se constituyó como una corporación público – privada, denominada CÍRCULO CERO integrada para beneficiarse de los “megaproyectos”, valorados en 13,500 millones de dólares, de concesiones de tierras nacionales, hidroeléctricas y explotaciones mineras.

Para satisfacer los intereses de la corporación se desarrollaron las siguientes operaciones: 1) seis reformas a la Ley No.22 de Contrataciones Públicas: 2) eliminación el Control Previo en las instituciones que concentraron proyectos millonarios de infraestructura;  3) convocatoria a licitaciones por mejor valor (el precio no es determinante) 4) adendas y sobrecostos en las contrataciones de obras y adquisición de bienes; 5) utilización, de manera generalizada, las contrataciones directas y por invitación (ignorando la excepción a la regla); 6) flexibilización de las normativas ambientales y violación de la legislación de las comarcas de los pueblos originarios, que produjo violentas confrontaciones con saldo de muertos y heridos.

El segundo anillo, integrado Ministros y Directores de entidades se estructuró para favorecer, con nombramientos y contratos a Diputados, dirigentes del partido gobernante, familiares, amigos, copartidarios, allegados al poder (principalmente el CIRCULO CERO).  De este anillo salieron los recursos para financiar el transfuguismo, la coptación y penetración de los partidos de oposición.

El tercer anillo, tenía objetivos viabilizar y servir de escudo protector a las operaciones del primer y segundo anillo.   En éste nivel está: la mayoría tarifada en la Asamblea Nacional, constituida con  base al transfuguismo;  la invisibilizada Controlaría General de la República; la renuente Fiscalía Electoral, que se negó a investigar los graves delitos cometidos en las pasadas elecciones, en la que se utilizaron de fondos públicos, para financiar a los candidatos oficialistas; el Ministerio Público, puesto a disposición del CIRCULO CERO para cerrar los casos de “alto perfil”, por ejemplo el caso FINMECCANICA y; la Corte Suprema de Justicia, con parcialidades identificadas, comprometida con la salvaguarda de los intereses de la corporación que dirigió el país.

El intrincado laberinto, en el que vive el minotauro de la corrupción, se pavimentó con: 1) el control del Ejecutivo de todos los órganos del Estado, exceptuando el Tribunal Electoral; 2) la “suspensión” del Sistema de Carrera Administrativa;  3) la creación de empresas de fachadas para beneficiarse de las contrataciones públicas; 4) el uso de información privilegiada para la obtención de contrataciones y concesiones;  5) la división de materia (prohibida por la Ley 22) para evitar los actos públicos; 6) las contrataciones públicas sin mediar la publicación en el portal de Panamá Compras; 7) la flexibilización para las contrataciones públicas en el Programa Nacional de Ayuda (PAN) y habilitación de Juntas Comunales y Municipios para realizar maniobras de intermediación financiera en el PAN.

La arquitectura del laberinto de la corrupción, se basa en una amplia red de complicidades que favorecen los intereses del CÍRCULO CERO y crean espacios de impunidad para sus integrantes. El resto de los actores: Magistrados, Contralora, Procuradora, Diputados, Ministros, Directores, Alcaldes, Representantes de Corregimientos y aliados tarifados fueron colocados en el tablero de los prescindibles; ellos podrían ser sacrificados como peones y caballos en este estratégico juego de ajedrez.

En ese sentido son proféticas las palabras del Papa Francisco: “El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad… cuando un corrupto está en el ejercicio del poder, implicará siempre a otros en su propia corrupción… “ponen cara de no haber hecho nada. Merecen un Doctorado Honoris Causa en Cosmética Social”.

Ante esta compleja maraña diseñada para burlar la demanda de transparencia, rendición de cuentas y certeza del castigo el Gobierno del Presidente Juan Carlos Varela enfrenta tres disyuntivas: 1) asirse al “Ovillo de Ariadna”, tejido por la sociedad en su conjunto, para enfrentar al “minotauro de la corrupción”, con la decisión de Teseo y salir invicto del laberinto; 2) vagar perdido por el laberinto, en tanto la bestia, aún insatisfecha, se alimenta de la “res pública”; 3) tomar el camino de Ícaro, hijo de Dédalos: emprender con parsimonia, un vuelo hacia el sol, con alas de cera y sucumbir en el intento ante un  CIRCULO CERO renovado. ¡Este es su dilema!

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