Por Mario Domínguez
Dirigente político
Divide y vencerás es un axioma político aplicado desde tiempos inmemoriales. El PRD atraviesa por una serie de pleitos entre «dirigentes» que van desde la discusión de ausencia de programas hasta riñas por recursos económicos para financiar el clientelismo.
Cada vez que se logra un acuerdo en la dirección correcta salta una facción a desbaratar el avance. Es como quien trata de construir una obra y otros le meten candela por los costados.
Estos pleitos se traducen en serias divisiones con las que festinan nuestros adversarios. Escucho a ciertos copartidarios decir que con fulano o sultano no van ni a la esquina. Entonces adonde quedará la democracia interna donde impera la mayoría pero con respeto a las minorías.
La membresía del PRD ha pedido unidad y la sociedad nos percibe como un Partido necesario para conducir el país, pero los pleitos y divisiones nos alejan de esa misión. También es notorio como miles de panameños se inscriben con nosotros y quienes debemos respeto.
Personalmente participo de varios grupos virtuales de miembros del PRD de todo el país y observo con dolor lo que acontece. Recientemente me invitaron a inscribir un nuevo partido alegando que el PRD no es recuperable y simultáneamente he notado los esfuerzos por aumentar la desconfianza interna.
Como si un oscuro brujo nos empujara a esta pelea para luego salir con otra bandera o simplemente vernos caer en la derrota. He recibido a través de los grupos la notificación de sensibles renuncias al Partido que Omar fundó. He tenido diálogo con nuestro relevo que me dicen el PRD ya no es el partido que se fundó. Hasta dónde vamos a llegar. Hasta cuándo nos vamos a irrespetar.
Hagamos un alto y reflexionemos por que cuándo el PRD gobierna al pueblo le va mejor.
