¿No a la paz, si a qué?

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Desconcierto para los que apoyaron el SI

Redacción de Bayano digital

¿Ahora qué y por qué? Cuatro años de negociaciones y la expectativa favorable de millones de personas dentro y fuera de Colombia, naufragaron este domingo cuando, con una diferencia menor del uno por ciento entre el SÍ y el NO, 6 millones 430 mil 708 colombianos, rechazaron los acuerdos de paz firmados por el gobierno de Juan Manuel Santos y las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias- Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Otros 6 millones 373 mil 807 de votos apoyaron los acuerdos, para un total de 12 millones 804 mil 216 asistentes a las urnas, de los 34 millones 899 mil 945 convocados para el plebiscito que este domingo.

¿Por qué un país que ha reclamado la paz por tantos años, la rechaza llegado el momento? Las razones parecen tener varios orígenes, desde lo que algunos observadores llaman la forma como el gobierno de Juan Manuel Santos ignoró al 50 por ciento del país, hasta quienes subrayan a Álvaro Uribe Vélez como el gran vencedor de la contienda.

Desde cualquier ángulo, sin embargo, nada fácil resulta una empresa pacificadora ante un conflicto de más demedio siglo, sobre todo si no se abre paso a un consenso social que la apruebe y esté dispuesto a sustentarla en el tiempo

Evidentemente polarizado el país, la cifra final arroja dos resultados: uno jurídico y otro político, que en cualquiera de los dos casos constituye la derrota más contundente sufrida por el gobierno de Juan Manuel Santos y desemboca en una gran incertidumbre respecto al conflicto armado de más de medio siglo que registra ese país.

Jurídicamente resulta imposible detener el conflicto armado, por cuanto que el gobierno de Juan Manuel Santos no podrá iniciar la implementación de los acuerdos suscritos con las FARC, porque dependían de su aprobación en las urnas. Así, el rechazo registrado este domingo a los acuerdos alcanzados tras cuatro años de negociación, dejan abierta la puerta al reinicio dela guerra. Aunque, conocidos los resultados, los líderes de las FARC desde La Habana ratificaron que su decisión de mantener la paz, y el presidente Juan Manuel Santos dijo que se mantiene el alto al fuego.

Desglosadas, las cifras del plebiscito revelan, sin embargo, que a la base del NO figuran, no solo diferencias en los enfoques políticos, sino también en la manera de sentir el conflicto. Sucede que allí, donde la violencia ha sido más impactante, el SI triunfó ampliamente sobre el NO, y donde las consideraciones políticas primaron por encima del dolor directo, el NO se impuso.

En el departamento del Chocó, por ejemplo, en la zona de Bojayá el 96 por ciento de los votantes lo hizo a favor del SI y solo el cuatro por ciento votó en contra; en Caloto del Cauca, el 72,9 por ciento favoreció al SI, mientras que el 27 por ciento dijo no; en Cajibo, también del Cauca, el 71 por ciento dijo SI, y el 28 por ciento, NO; en Silvia, también en el Cauca el SI alcanzó un 73 por ciento, y el NO el 23 por ciento. Eb Miraflores del Guaviare el SI obtuvo un 85 por ciento, y en Barbacoas de Nariño un 73 por ciento dijo SI y un 26 por ciento, NO. En San Vicente del Caguán, centro del fracasado proceso de Paz desarrollado durante el gobierno de Andrés Pastrana el 62 por ciento favoreció los acuerdos, rechazados por el 37 ciento. El patrón ha sido el mismo en zonas como Apartadó de Antioquia, Mitú de Vaupés, Valle de Guamuez, en el Putumayo, La Macarena, en el Meta, Puerto Asís en Putumayo y en la atlántica localidad de Turbo, en Antioquia.

¿En caso de que se renegocie lo acordado, cuánto pedirá ahora la oposición a las FARC? Rodrigo Londoño Echeverri ha dicho una y otra vez que las FARC mantendrán su decisión por la paz, pero en caso de que se abra un nuevo periodo de negociación cuánto estarán dispuestos a ceder, o cuanto les será posible ceder? En todo caso pareciera que el pueblo colombiano acaba de perder una gran oportunidad. La propia posición en que ha quedado Santos con esta derrota, lo ha obligado de decir que no se rinde, que seguirá buscando la paz, más en un mensaje que parece más dirigido a las FARC, que a los votantes que le dieron la espalda.

Cuando fue presidente, la política de Uribe Vélez asestó duros golpes a la guerrilla, por lo que quizás favorezca una salida militar al conflicto. Es posible que, con un instrumento como el Plan Colombia, donde la ayuda de Estados Unidos fue clave, se pueda imponer una salida de esa naturaleza. No sería rápido, sin embargo, considerando que las FARC, la guerrilla más vieja del mundo, en los últimos años fue capaz de adaptarse a las condiciones que le impusieron sus rivales. Frenar los acuerdos de paz es prolongar guerra y sufrimientos, aunque al final un lado termine enterrando al otro. Evadir una salida negociada con la guerrilla, como acaba de suceder, solo podría expresar arrogancia y soberbia, en un escenario en el que solo seguirá sufriendo el pueblo colombiano.

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