Es posible salvar el Seguro Social con una estrategia audaz y valiente

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Representante de la Junta Directiva de la CSS hablan tras los escándalos de peculado. (Foto: CSS).

Las acciones dirigidas a la recuperación de la CSS pasan por detener los desfalcos y recuperar los fondos ilegalmente sustraídos, que alcanzarían cifras multimillonarias.

Por Alberto Velásquez
Periodista

En los últimos meses, se ha estado vendiendo a la opinión pública la idea de que los fondos de invalidez, vejez y muerte, de la Caja de Seguro Social (CSS), no alcanzarán para cubrir los gastos y se agotarán, durante los próximos 10 a 15 años.

Esa diatriba se fundamenta en intereses muy particulares de sectores de la empresa privada que conocen más que el ciudadano común de lo que ocurre con las finanzas en esa institución. Sin los informes de la situación económica, ocultados en los últimos años, y ante la falta de un estudio actuarial científicamente respaldado, la dirección de la CSS ofrece un desorden administrativo criminalmente calculado.

Hay evidencia que apuntan a que ese ambiente caótico está dirigido a la posible privatización de todos los servicios, para beneficiar a proveedores de medicinas, empresas con contratos de servicios terciarios, a los médicos y, en especial, a los patronos.

A pesar de todos los escándalos, desfalcos y descalabros en su manejo, la CSS tiene salvación y puede constituirse nuevamente en el mejor respaldo a la salud del panameño.

Los servicios quirúrgicos de la CSS enfrentan una mora institucional y están en la mira de grupos que apuestan por la privatización. (Foto: CSS).

Numerosos empresarios, que integran los principales grupos saqueadores del sistema de seguridad social, sostienen una deuda de millones de balboas, parte de la cual el ex presidente Guillermo Endara condonó desvergonzadamente hace varios años. Pero ahora deben más millones. Son dineros que han sido esquilmados a los obreros, los cuales deben ser devueltos con prontitud. A junio de 2017, esos empresarios le debían a la CSS 231,5 millones de balboas.

Esa deuda ha seguido creciendo, a pesar de que, desde hace varios años, al administrador anterior le informaron que existía un contubernio entre funcionarios y patronos, quienes mafiosamente adulteraban los pagos de cuotas obrero-patronales. Se calcula que ese desfalco puede sobrepasar los cientos de millones de balboas, los cuales también tienen que devolver o pagar.

No obstante, a quienes están demonizando es a los sindicatos y a los directivos. En realidad, estos últimos poseen demasiadas canonjías.

Además, resulta perjudicial para el erario de esa institución la jornada extraordinaria pagada a numerosos médicos que atienden a asegurados en clínicas y hospitales privados, lo cual representa un exagerado sangramiento a los fondos del Seguro Social.

El pago por esos servicios médicos es una válvula incalculable de escape de dinero a favor de galenos quienes triplican el sueldo que le tienen asignado en la institución. Del 2012 a septiembre de 2017, el Seguro Social ha pagado a esos médicos 377,4 millones de balboas por servicios. En ese contexto, se necesita realizar una auditoría forense que, obviamente, tendrá resultados alarmantes, debido a los antecedentes de fraude y pérdida de recursos.

La CSS dispone de mecanismos para salvar la precaria situación agravada por los zarpazos millonarios y las enormes deudas contraídas. Pero, para ello, es necesario realizar a fondo correctivos trascendentales, en defensa del patrimonio institucional.

Es ahora, cuando surgen más escándalos, como ha acontecido en los casos relacionados con la compra de medicamentos, el rejuego de intereses tras la adquisición o alquiler de ambulancias, la contratación inconsulta y millonaria de programas tecnológicos inseguros y otras falencias detectadas en varias administraciones.

En las actuales circunstancias, falta que el administrador actual o uno nuevo salve a la CSS y sea capaz de tomar decisiones y se enfrente a quienes consideran a la institución de seguridad social como un botín objeto de privatización.

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