Aristeydes Turpana reivindica sueño indígena

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Aristeydes Turpana, en declaraciones a Bayano digital.

Por Domingo Urriola
Estudiante de Periodismo

“Los 500 años de la fundación de la Ciudad de Panamá, que serán conmemorados en 2019, inducen a rememorar la historia desde el coloniaje hasta la corrupción: dos estrechos muy largos, de buenos y malos momentos”. Así define el escritor, educador y poeta guna Arysteides Turpana la celebración del V Centenario.

Turpana, de 75 años de edad, quien investiga sobre las culturas antiguas, dialogó con Bayano digital y adujo que “en el relato histórico de la metrópoli no se debe relegar a pueblos originarios que habitaban en Panamá la Vieja”. Ellos se dedicaban a la pesca en zonas costeras del océano Pacifico y dejaron allí su impronta.

Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá, cuyo traslado se produjo tras el saqueo realizado por el filibustero de origen galés Henry Morgan a Panamá la Vieja, en 1670.

Esos pobladores desparecieron tras el arribo de los europeos al istmo, pero el tema suele ser eludido en selectos foros. En ese sentido. calificó de “cómico” o “surrealista”, el hecho de que pese a ser Pedrarias Dávila el fundador de la Ciudad de Panamá, nadie quiere recordar a esa polémica figura, asociada a intrigas.

Valoración del V Centenario

Por su parte, los navíos que llegaron al territorio istmeño, también trajeron a esclavos africanos, De hecho, “el 60 por ciento de la población es negra y de no serlo, tiene un tinte de negro”, apostilló Turpana. Sin embargo, advirtió que no se toma en cuenta a los negros, sino a la tripulación española que viajaba a bordo de barcos negreros o los que transportaban el oro de América.

Previó que la fiesta sobre la historia oficial será realizada con gran boato, pero ello no implica que se pueda dar un toque diferente, en el que se incluya a los grupos originarios y afroantillanos.

“Si no existiera una jerarquización en la cultura panameña, todas las manifestaciones culturales de los pueblos indígenas, como los afroantillanos, al igual que los españoles, estaríamos en las misma condiciones”, planteó el intelectual.

500 años después aflora la verdad

Turpana dijo que “los pueblos hispanoamericanos, en su totalidad, están fundados sobre el genocidio, el robo de las riquezas de los pueblos originarios”, e insistió en un justo desagravio.

“Una vez, escuché a una señora dirigirse al conductor de un programa radial, para señalar: estos indios dicen ser dueños de la tierra, pero ¿dónde tiene los papeles?, ¿a quién compraron la tierra? Es así como algunos interpretan en forma estrecha la historia”, acotó Turpana.

Asimismo, ponderó el papel de las comarcas indígenas, cuyos territorios han sido invadidos por “nuevos colonos” (personas desplazadas de otras provincias que expanden la frontera agrícola y ganadera) y deforestan la selva tropical. Tras penetrar en tierras indígenas, los migrantes se resisten a ser expulsados.

Herencia indígena

Recordó a los héroes indígenas Quibián y Urracá, así como a Nele Kantule, quien enfrentó el colonialismo y la política criolla. Detalló que de 1921 a 1925, Andrés Mojica, intendente en la caribeña comarca de San Blas (hoy Guna Yala), obligó a sustituir las tradicionales molas por ropa femenina occidental. Esa medida humillante provocó que Kantule apelase a la resistencia.

Turpana adujo que “quisiéramos mantener una relación con el Estado de forma simétrica, y no asimétrica”, e insistió que el país debe refundarse a favor de la Cultura, lo que implica buscar una relación equilibrada para un verdadero desarrollo humano.

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