¿A quiénes hay que linchar si se cae el caso Martinelli?

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HERNAN DE LEON Y KENIA PURCELL

Julio Bermúdez Valdez
Periodista
Impresos de La Mañana

  • Atrás va quedando, con poca relevancia si Martinelli es o no culpable de haber violado la intimidad de quienes lo han querellado.
  • La de Porcell fue una maniobra destinada a resaltar algo que no genera sorpresas entre la ciudadanía: el órgano judicial está podrido.
  • Llama la atención que el método de la jefa del Ministerio Público haya sido el utilizado por el Contralor General de la República contra la Asamblea Nacional.
  • Desde ese punto de vista, “podridos” dos órganos del Estado, solo va quedando como impoluto uno; el ejecutivo.
  • ¿Se podría estar incubando en el país el síndrome del  Perú de Alberto Fujimori?

Tal cual era de esperarse, la bomba soltada ayer por la procuradora Kenia Porcell, constituye este martes la noticia del día. al respecto lo siguiente:

El rumor sobre la existencia de una grabación con la que presionaban a un magistrado de la Corte Suprema corría desde la semana pasada, pero en ese instante se ignoraba con certeza quién era el alto funcionario, si era cierto o no lo de la extorsión y el origen de la misma.

La tarde de este lunes, la procuradora Kenia Porcell dio respuesta a las tres preguntas. Ahora se sabe que se trataba del magistrado Hernán De León, presidente interino de la Corte, quien el 30 de julio pasado se habría reunido con la jefa del Ministerio Publico para informarle, entre otras cosas, el consenso existente en ese organismo sobre el caso Martinelli.

La persistencia del rumor fue tal que la semana pasada cerró con una declaración del propio De León negando que a él lo presionara alguien.

“Se va a caer, se va a caer y viene para el Ministerio Publico”, habría dicho De León, de acuerdo a una transcripción leída por Porcell en una vídeo grabación preparada por el canal de You Tube, difundida al país la tarde de este lunes. ¿Por qué por You Tube, en lugar de convocar a una conferencia de prensa? ¿Por qué diez días después de celebrada la reunión entre De León y Porcell? ¿Por qué editada, si como dice De León en respuesta posterior, la conversación fue más extensa?

No cabe dudas de que, la de Porcell fue una intervención con intención y efecto, una maniobra destinada a resaltar algo que no genera sorpresas entre la ciudadanía, pero que, dicho a ese nivel, en la ocasión y por el medio elegido, impacta y sobrecoge: el órgano judicial está podrido. Y no es que Porcell lo ignore, lo sabe y lo explota ¿en beneficio de qué?

De fondo aparece el caso del ex presidente Ricardo Martinelli, uno de los peores episodios que recuerde la República. No solo por las acusaciones que se hacen en contra del ex mandatario, sino por la forma espectacular como las propias autoridades han llevado el proceso.

Atrás va quedando, con poca relevancia si Martinelli es o no culpable de haber violado la intimidad de quienes lo han querellado por haber autorizado, como presidente, sus comunicaciones telefónicas. La audiencia parece dirigirse, cada vez más de manera acentuada, hacia la nulidad y es eso lo que se desprende de la conversación grabada que habría sostenido De León con Porcell.

El debido proceso ha sido violentado, parece decirle De León a Porcell, en un encuentro del cual esta última “da a conocer una pequeña parte de una reunión privada, y desde su muy particular punto de vista”. ¿Usted también la tiene grabada señor Magistrado? ¿Podría darla a conocer de manera completa?

Lo que es concluyente es que la entrevista de ambos funcionarios coloca sobre tapete la posibilidad de que se caiga el proceso de Martinelli, por razones que ellos, los miembros de la Corte aducirán en su momento.

El que Porcell le indique a De León en la conversación que la población podría linchar a estos altos funcionarios genera más interrogantes. ¿En el consenso que estaría poniendo en peligro el que la Corte condene o no a Martinelli están también los magistrados que nombró el propio presidente Juan Carlos Varela? ¿Ha sido ese temor el que ha llevado a la procuradora a apelar, a gritos, a los ciudadanos que “pueden linchar a los magistrados” si se cae el caso Martinelli? ¿Cómo podría tipificarse esta actitud de la procuradora?

 Creo que, sin percatarse, la Procuradora General de la República ha provocado más dudas que certezas, niveladas solo por una discreción sospechosa e inoportuna por parte de la Corte, y que es de esperar despejen en los días venideros. Es indudable que las declaraciones de Porcell dejan en transe a una ciudadanía cansada de este tipo de situaciones, y que espera que la disposición exhibida por la titular en este caso, aparezca impecable también en los que se refieren a los sobornos de la empresa Odebrecht.

Llama la atención igualmente que el método de la jefa del Ministerio Público haya sido el utilizado por el Contralor General de la República contra la Asamblea Nacional. En lugar de particularizar las denuncias, sean lanzadas contra las instituciones.

Desde ese punto de vista, “podridos” dos órganos del Estado, solo va quedando como impoluto uno; el ejecutivo, una ventaja política que podría estar incubando en el país el síndrome del  Perú de Alberto Fujimori. Si se da, no sería de extrañar que el país también se entere por You Tube.

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