¿”PANAMA PAPERS”? ¿Quién le habrá puesto este nombre, la OCDE?
Por Laurentino ‘Nito’ Cortizo
A pesar de que se ha publicado cualquier cantidad de artículos sobre el tema de nuestra lucha en relación a la defensa de nuestra soberanía económica, percibo que la gente todavía no conoce bien este asunto.
Aquí no se está atacando a una firma (Mossack-Fonseca, en este caso), sino a la platafor en Inglaterra se abren sociedades en Jersey, Guernsey y Isle of Mann.
Aquí la mayoría de las principales firmas panameñas siguen al pie de la letra las leyes que se exigen para el «due diligence» o “conoce tu cliente” que ha exigido por años tanto el GAFI como la misma OCDE.
Esta es una pelea que viene desde ya hace muchísimos años por parte, precisamente, de un grupo de países más desarrollados que desean imponernos su voluntad y a su vez andan predicando una doble moral o discurso.
Desean que Panamá tenga un sistema fiscal a su semejanza, porque sus coterráneos usan nuestras ventajas para pagar menos impuestos, pero esos mismos países a su vez permiten a otras jurisdicciones que tienen relación con ellos que aprovechen el esconder sus actividades. No existe el «level playing field» (campo de juego NIVELADO) que nuestro país siempre ha exigido de manera justa y necesaria.
Los medios como siempre han expuesto la historia en la manera y proporción más negativa para Panamá. Por otro lado, aquí nadie ha hablado de la violación a toda clase de leyes cibernéticas, ni a la información privada que cada persona tiene derecho.
Parece existir la tendencia a elevar inmerecidamente a los hackers muchas veces a la categoría de “Robin Hoods” de la era informática sin conocer en verdad la motivación o razones de sus actos y; por ende, ser inmunes a la condena popular.
Quisiera solo saber si esta fuga de información pasara con las sociedades de Delaware en USA o de Inglaterra a ver qué “bellezas” pudiéramos encontrar de sus usuarios… Los que usan las sociedades para propósitos ilícitos merecen ser procesados, pero no condenen a todos. La gran mayoría de las sociedades panameñas son usadas para fines lícitos y este es un rubro importante en la economía del país.
Por ende, aquí todos deberíamos ser solidarios sin importar nuestras profesiones o agendas políticas, ya que si los justos pagamos por los pecadores, el único que pierde aquí es PANAMA.
En este país existen leyes y se tienen que respetar, aun cuando se traten de investigaciones que pretendan esclarecer posibles conductas criminales. No podemos dejar que nuestro sistema sea vulnerado sin que medien responsabilidades para quienes lo vulneraron y aún para quienes las publicitan.
Estar arengando a favor de este tema es estar a favor de la impunidad. Hoy es esa firma de abogados, mañana somos todos. A ninguno de ustedes amigos les gustaría que salieran a la luz pública sus comunicaciones privadas con abogados, aun cuando no fueran conductas delictivas.
Pregunta: ¿A quién le gustaría que se divulgara sobre su divorcio? ¿Pensiones? ¿Inversiones en empresas? ¿Conversaciones con abogados? ¿Inversiones para su futuro? ¿Sus últimos deseos en un testamento o fundación?
Sé que dirán que estos son casos de alto perfil; sí, pero igual, hay derecho a la confidencialidad y a la inviolabilidad de las comunicaciones.
Como abogado, siento que Panamá ha sido atacada y vilipendiada de forma injusta e ilegal. Venga de donde venga, NO PODEMOS tolerar este ataque. Sea Varela presidente o quien sea, aquí el tema es que nuestro país está siendo atacado y ya en muchos medios, personas nacionales y extranjeras nos han acusado, juzgado y condenado.
En conclusión, no es un ataque contra una firma donde hay un político vigente de por medio, es una ataque contra UN PAÍS y contra una Industria LEGÍTIMA de Servicios Legales, donde muchas firmas y abogados, empresas, bancos y entidades financieras se verán afectados negativamente. El manejo objetivo de la información es FUNDAMENTAL.
Al final de cuentas, los documentos que dan pie a este escándalo no son los “MOSSACK-FONSECA-PAPERS”, sino los “PANAMA-PAPERS”… Por algo será.
(Con la colaboración de los Licdos. Belisario Porras y Eduardo Leblanc)
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