Las plagas de Varela

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Basura sin recoger plagas: el legado de Martinelli a Varela.

Las plagas de Varela

Por Alberto Velásquez
Periodista

Finalizado el jolgorio físico y mental de la ampliación, seguido de los discursos titiriteros de principio de mes, nuevamente ha recobrado vigencia el personaje bíblico de Moisés, que para muchos nos recuerda su protagonismo durante las plagas que en su momento azotaron a Egipto, según las escrituras.

En la actualidad, en un mundo más civilizado, las plagas no son las mismas. Son de distinta naturaleza, pero, al fin y al cabo, son también calamidades que azotan algunas por igual a toda una comunidad, y otras son selectivas.

En el caso de la falta de agua, es una plaga que no se ha podido solucionar, pese a que el presidente la describió como una de sus prioridades. Pero, al igual que un faraón testarudo, no ubicó al frente de la institución reguladora a una persona con capacidad para solucionar el problema. Todo lo contrario. A pesar de los continuos fracasos, no la sustituye por los lazos de familiaridad que lo atajan. Y la plaga, la falta de agua, continuará azotando por supuesto, a los más necesitados.

Las condiciones de los centros escolares, derruidos, malsanos y sin mantenimiento, son una plaga que sufren los pobres estudiantes, sin que exista un Ministerio preocupado por resolver el pésimo estado en que están. Por más reportajes que se transmitan a través de los medios, no hay una sola voz en el Ministerio de Educación que diga algo, que suministre una respuesta, aunque sea una mentira.

Dos años transitó por todo el interior un ministro agropecuario, tratando de remediar los resultados de una plaga inoculada con toda maldad y maledicencia mercantilista en el gobierno anterior contra la producción nacional. Importar en época de cosecha fue fatal para los productores. Pese a que también es productor, el ministro no pudo erradicar la plaga. Renunció. A todas voces se comenta la falta de apoyo. Y hoy día, como ejemplo de los efectos de esa plaga, estamos importando cebolla en desmedro de los panameños de a pie y, principalmente, de quienes se fajan bajo las inclemencias del sol y la lluvia, en el campo, para producir alimentos.

Y como si fueran pocas las plagas que azotan al gobierno de Varela, sigue sin ponerse las pilas para mejorar las condiciones de salud de la población. Nos azotan los mosquitos, el A (H1N1), y cuanta bacteria se desarrolla en el ambiente en un país en el que no es recogida la basura; con amenazas de fiebre amarilla en las fronteras, por donde se cuela diariamente un montón de migrantes, con su secuela de problemas económicos y sanitarios.

Podemos sumar plagas. El pésimo transporte público, el aumento en el costo de la canasta familiar, y por allí se asoma amenazante el desempleo. Otras plagas que no han sido enfrentadas con coraje, sentido patriótico y nacionalista, son los mal llamados “Panamá Papers”. La inclusión de este país en la lista de paraísos fiscales y el caso Waked, han aplastado el prestigio de Panamá, y pasará mucho tiempo para volver a recuperarlo.

Lamentablemente, para la mayoría de los panameños, el gobierno del presidente Varela no sólo ha sido una gran desilusión, sino la continuación de una plaga que se inició con la administración anterior, de la cual se contagió. Ante la incapacidad del régimen varelista de saber gobernar, todos deben prepararse para las nuevas plagas que nos azotarán durante los próximos tres años.

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