Carlos Arrieta, el hombre que inspiró a generaciones

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Entrevista

Carlos Arrieta, el hombre que inspiró a generaciones

Por David Carrasco

El 9 de Enero de 1964, los alumnos del profesor Carlos Arrieta de la Hoz fueron los primeros en incorporarse en la marcha hacia la Escuela Superior de Balboa, en la desaparecida Zona del Canal de Panamá, bajo control de Estados Unidos, para enarbolar la bandera panameña. Aquella convocatoria fue una acción valiente, justa y trascendental, que cambió el rumbo de la historia,

Arrieta de la Hoz había participado en la Operación Soberanía del 2 de Mayo de 1958, y en 1964 era docente en el Nido de Águilas. Recuerda, como si hubiesen ocurrido hoy, los acontecimientos que desencadenaron una de las mayores gestas nacionalistas en defensa de la integridad territorial y el ejercicio de la soberanía de Panamá.

Con un gesto afable, el profesor abrió las puertas de su casa a los institutores de la generación de 1970, para dialogar. Sus primeras palabras fueron de excusa por su inasistencia a los actos del XLV Aniversario de esa promoción, a la que fueron invitados varios de sus colegas, entre ellos, su amiga de luchas Diamantina Carrera de Calzadilla, Eduardo Davidson y Rubén Serracín.

Bayano digital interrumpió al docente para advertir el hecho de que muchas generaciones lo admiran por sus enseñanzas de civismo y por haber contribuido a formar la conciencia de los 200 estudiantes que el 9 de Enero de 1964 ingresaron al territorio segregado de la desaparecida Zona del Canal para enarbolar la bandera panameña y reclamar soberanía, e iniciar un proceso de descolonización que años después desembocaría en los Tratados “Torrijos-Carter”.

Arrieta de la Hoz sonrió y dijo con modestia que “aquella gesta fue el resultado de una acumulación histórica” en defensa de los intereses nacionales. Añadió que la intolerancia y la agresividad de los llamados “zonias” (residentes en la Zona del Canal) desataron una de las mayores muestras de solidaridad continental a favor de un pueblo ansioso de eliminar los vestigios del colonialismo.

Parafraseando al dirigente cubano Fidel Castro, en el alegato “La historia me absolverá”, en el que el acusado se convirtió en acusador del sistema, el educador dijo que la responsabilidad de movimientos sociales debe ser adjudicada a personas como José Martí, apóstol de la independencia de Cuba. “En este caso, el culpable fue el Instituto Nacional, que me hizo sentir panameño”, recalcó.

El valor de la conciencia estudiantil

En medio de presiones sociales, el gobernador de la Zona del Canal, Robert Fleming, anunció el 30 de diciembre de 1963, que la bandera panameña sería izada junto con la estadounidense en sitios de la Zona, a partir del 1 de enero de 1964. La bandera estadounidense no sería izada en escuelas exclusivas para los estadounidenses.

Sin embargo, esa decisión fue ignorada en la Zona del Canal. El 3 de enero, el policía zoneíta Carlton Bell izó la bandera estadounidense sin acompañar la bandera panameña frente al monumento de los Héroes de Guerra, en Gamboa. El 7 de enero, jóvenes de la Escuela Superior de Balboa, instigados por el estudiante James Jenkins, izaron la bandera de los Estados Unidos frente al plantel, sin acompañar la bandera panameña. Ello irritó al pueblo panameño.

Arrieta de la Hoz recordó que días antes de la gesta patriótica, estudiantes de la Asociación Federada del Instituto Nacional y del movimiento Vanguardia de Acción Institutora (VAI) sacaron unos cintillos que decían: “Panamá es soberana en la Zona del Canal”. Aclaró que esos mensajes eran pegados en las defensas de los automóviles, en un intento por difundir la aspiración patriótica.

Algunas pistas sugieren que los residentes en la Zona del Canal sabían que los institutores marcharían a la Escuela Superior de Balboa. Días antes, motociclistas “zonias” que vestían chamarras de cuero y portaban cuchillas automáticas, como en la película “Rebelde sin causa” (1955), llegaron al Instituto Nacional y desde las rejas gritaron en actitud desafiante; “come on, raise that flag of yours” (vengan a izar su bandera), y lanzaron improperios.

La marcha de los valientes

El 9 de Enero, cuando ya había culminado las clases en el Nido de Águilas, unos 200 estudiantes decidieron marchar a la Zona del Canal, Solicitaron al entonces rector Dídimo Ríos la bandera nacional. Al principio, se negó, pero luego accedió al pedido. Un grupo de profesores ganaría ese día laureles por haber acompañado a los institutores en esa acción movida por ideales supremos.

Esos profesores, quienes se convirtieron en parte de la historia, eran Arnulfo Martinelli Camargo (Educación Física), Rosada Guerrero de González (Geografía e Historia), Vesta Patiño (Historia), Rubén Oro (Física y Química), Generoso Emiliani (Química), Bernardo McNally (Inglés), Rosario Pabilo (Historia), Diamantina Carrera de Calzadilla (Historia) y Carlos Arrieta de la Hoz (Historia).

Tras los incidentes, en que los estudiantes panameños fueron abucheados, atacados y perseguidos por los “zonians”, los profesores retornaron indignados al Nido de Águilas. Arrieta de la Hoz rememoró que el entonces rector del Instituto Nacional, Dídimo Ríos, lo increpó con frases hirientes. “¡Tú tienes la culpa de lo que ha sucedido!”, aseveró la máxima autoridad del plantel.

Sin embargo, la profesora Diamantina Carrera de Calzadilla salió en defensa de Arrieta de la Hoz. Indico que los únicos culpables eran los adultos que debieron marchar años antes y acoger con fervor la causa de la juventud estudiosa que defendió sin reservas la dignidad nacional y la soberanía mancillada por tropas extranjeras.

En una mirada retrospectiva, Arrieta de la Hoz destacó que hay una verdad histórica: “uno jamás puede dejar de ser institutor”. Para alguien que fue criado en las áreas canaleras y recibió de los “zonians” un carnet de identificación que decía “Brown” (Chocolate), la recuperación de la Zona del Canal es uno de las conquistas universales más auténticas y memorables.

Sin embargo, sostuvo que la historia no ha terminado. Mencionó que hace algunos años propuso colocar un letrero luminoso frente al Instituto Nacional “Loor a los Mártires del 9 de Enero”, para honrar esa gesta y la memoria de los caídos, pero la iniciativa no prosperó debido a actitudes mezquinas de quienes desprecian la historia.

Arrieta de la Hoz destacó que muchas personas no lo saben, pero tres generales panameños pasaron por las aulas del Nido de Águilas: Omar Torrijos, Manuel Antonio Noriega y Rubén Darío Paredes. Precisamente, Torrijos, decidió blindar al Instituto Nacional para evitar que desapareciese por presiones y turbulencias políticas. En 1971, el plantel fue declarado Monumento Histórico Nacional.

“En la vida, uno puede ser y dejar de ser, pero uno jamás deja de institutor. Ser institutor, es un orgullo que se lleva toda la vida y, por ello, jamás puede haber ex institutores”, reseñó el docente jubilado, quien aboga por una organización estudiantil unida, consecuente, llena de coraje y con metas e ideales hacia el futuro.

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