“Tacita de oro” y Puerto Libre, un cuento de brujas

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“Tacita de oro” y Puerto Libre, un cuento de brujas

Por el magister Roberto González

Los colonenses son testigos del gran despliegue publicitario del gobierno del presidente Juan Carlos Varela, para convertir a la Ciudad de Colón en una “tacita de oro”. Esa iniciativa se realiza a través de la modificación de la Ley 18 de 17 de junio de 1948, que crea la Zona Libre de Colón, la Ley 29 de 30 de Diciembre de 1992, que establece el Sistema Especial de Puerto Libre para la provincia de Colón, y el Proyecto de Renovación Urbana.

El gobierno, los comerciantes de la Zona Libre, la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón y la Cámara de Comercio de Colón, aducen que la solución al desempleo, la falta de viviendas, el hambre y la miseria, radica en la modificación y aplicación de la Ley que convierte a la Ciudad de Colón en un Puerto Libre, la expulsión de los colonenses para que vivan en la periferia de la ciudad, y la ejecución del Proyecto de Renovación Urbana.

Tres propuestas que giran alrededor de lo mismo, en su contenido, y coinciden en el objetivo de ser un medio para garantizar las ventas de empresarios de la Zona Libre de Colón, a quienes no les preocupa el destino de los habitantes. En los años de operación de esa zona franca, se ha impedido que los trabajadores se organicen y hagan un Sindicato para contribuir a elevar la productividad y salvaguardar sus derechos laborales. En cambio, los comerciantes sí disponen de una Asociación de Usuarios para defender sus intereses.

Ahora, hay algunos comerciantes que quieren, junto al gobierno, quitarle el derecho al ciudadano común y corriente a vivir en la Ciudad de Colón, por medio de la implementación de Colón Puerto Libre. Son los mismos que aspiran a que el colonense sin recursos económicos sea sacrificado y abandone la ciudad, lo que permitiría a grupos privados expandir sus instalaciones y volúmenes de venta.

Esas tres propuestas forman parte de la estrategia para expandir la Zona Libre de Colón, vender los terrenos de la ciudad, y crearles un mercado a los comerciantes, para que vendan mercancías pasadas de tiempo que no encuentran salida y productos con pequeños defectos, a los que llaman ventas OUTLET.

En 1948, fue creada la Zona Libre de Colón. Se le entregaron los terrenos de la ciudad y se han hecho rellenos en parte del mar, para resolver el problema de desempleo en Colón. Hoy, después de 67 años de existencia, persisten los mismos problemas de la ciudad. Ni siquiera en los mejores tiempos de la Zona Libre se pretendió aumentar el sueldo y salario a los trabajadores.

Colón Puerto Libre y la Renovación Urbana atraída por el mercado inmobiliario, no resolverán necesidades de la sociedad colonense, como quieren hacer ver a través de cuñas publicitarias.

La “tacita de oro” de la que hablan algunos, no fue más que un antiguo lugar para ofrecer distracción y entretenimiento a turistas, marineros y soldados del ejército de EEUU, a través de restaurantes, cantinas, cabarets y clubes nocturnos donde proliferaba la prostitución ejercida por mujeres nacionales y extranjeras. Esa ciudad idílica, de vicios y derroche, no fue una “tacita de oro” para el colonense común, sino para los comerciantes que se enriquecieron a espaldas de la recuperación de la soberanía nacional.

Si lo que se quiere es solucionar los problemas de venta y de mercado de empresas de la Zona Libre de Colón, no es necesario convertir a la ciudad en un Puerto Libre y sacar a los colonenses de su entorno. Ello se resuelve construyendo un puerto libre en el área franca, bajo el mismo esquema, y permitiendo que el ciudadano tenga la oportunidad de comprar al por menor en ese emporio comercial donde se realizan transacciones al por mayor.

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