Pesca industrial sin control en África: el botín de las flotas extranjeras

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Zona costera en África.

Por Pilar Marcos
Bióloga marina Greenpeace (España)

El Día Mundial de la Pesca es especialmente celebrado por los millones de mujeres y hombres altamente dependientes de esta actividad, y por eso ponemos la mirada en África occidental. Una región cuyas aguas debemos proteger por su importancia para la biodiversidad y por el futuro de las personas que dependen del pescado para su supervivencia. Sin embargo, la sobrepesca y las malas prácticas de las flotas pesqueras industriales, y destacadamente las grandes flotas extranjeras, están agotando las pesquerías de las que depende la vida de millones de africanos.

Siete millones de personas dependen del pescado para sus ingresos económicos en la región. El 30% de la población padece malnutrición y se han perdido ya 300.000 puestos de trabajo en el sector pesquero. Más de la mitad de las poblaciones de peces de África occidental, de las que hay datos, están sobreexplotadas.
Nuestros barcos han vuelto a ser testigos de primera mano del expolio de los recursos naturales. Greenpeace publica hoy su informe “El coste de la destrucción de los océanos” (en inglés), en el que expone las prácticas de las flotas industriales que faenan en la región, llegadas de todos los rincones del planeta, y que amenazan la supervivencia de los pescadores y los pueblos de áfrica occidental víctimas de la sobrepesca en esta región.

Durante tres meses, el buque Esperanza de Greenpeace documentó las actividades de las flotas industriales en Guinea, Guinea Bissau, Sierra Leona y Senegal. En 20 días de patrulla junto a inspectores de pesca de estos países, pudimos documentar 17 buques que pescaban ilegalmente. Once barcos fueron arrestados por infracciones que incluían trasbordos ilegales, redes no permitidas o el corte ilegal de las aletas de los tiburones. Greenpeace denuncia que tan sólo seis meses después, las 17 embarcaciones aún tienen licencia para pescar en estas aguas. Apuntamos además a una serie de medidas fundamentales para que los gobiernos comiencen a resolver esta crisis.

La emigración no es fenómeno natural: tiene causas ambientales y políticas

Salir de tu tierra, cruzar un continente y buscar un futuro mejor en Europa, atravesando el mortal Mediterráneo, no se debe al “efecto llamada” que más de un político ha osado en alguna ocasión mencionar públicamente. Estas migraciones son en muchas ocasiones fruto de una profunda crisis ambiental, de la que la sequía, la sobrepesca, la pesca ilegal son ingredientes a menudo fundamentales.

El deterioro de los ecosistemas marinos afecta a la economía local, desplaza a la población y afecta a su alimentación y supervivencia. La situación actual en África occidental es el resultado de décadas de sobrepesca e inacción, de año tras año de compromisos que tanto los gobiernos de África occidental, como de las principales flotas extranjeras –como China, Corea del Sur y la UE– han incumplido sistemáticamente.

Priorizar la protección de los ecosistemas marinos y de los pescadores artesanales

El Gobierno del Estado Español y el ejecutivo comunitario, responsables de la actividad de importantes flotas con presencia en estas aguas y que importan productos del mar de esta región, deben priorizar la recuperación de estos recursos y la protección de miles de africanas y africanos que sufren el robo incesante de las flotas pesqueras industriales. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha expresado su preocupación por el impacto que tiene el agotamiento de los stocks pesqueros por la sobrepesca en la seguridad alimentaria y economía de África occidental. Alrededor de siete millones de personas dependen del pescado para obtener ingresos, mientras que muchos millones más dependen del pescado como fuente de proteína animal. Alrededor de 300.000 empleos en los sectores artesanales de la mar se han perdido debido a la falta de políticas que protejan tanto a la pesca como a sus medios de vida.

Los países de África occidental continúan firmando acuerdos opacos con países extranjeros sin establecer los medios suficientes para vigilar estas actividades. Y continúan las desastrosas consecuencias para el mar, para los pescadores locales y para todas las gentes de África. Las aguas y la población del oeste de África no tienen ningún futuro, a menos que los líderes locales y los países pesqueros extranjeros trabajen juntos para luchar contra estas prácticas desleales e injustas. Es necesario avanzar hacia la pesca sostenible preservando los océanos y el pan de las personas que viven de ellos.

En el #DíaMundialDeLaPesca pedimos poner a mujeres y hombres de la pesca artesanal en el centro de las políticas pesqueras. Mejorar su acceso a los recursos y asegurar que éstas están diseñadas para proteger a los que pescan con menor impacto ambiental y reportan más beneficios a la sociedad en su conjunto debe ser la base de la recuperación de los ecosistemas marinos africanos.

Y mientras, a través de tu consumo puedes apostar por un pescado sostenible como una manera de defender los océanos, como una manera de poner fin a estos problemas.

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