Migración en Centroamérica: fenómeno con peligrosos tentáculos

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Migrantes centroamericanos, en olas masivas de migración.

Migración en Centroamérica: fenómeno con peligrosos tentáculos

Por Odalys Troya

San Salvador, nov (PL) Centroamérica, por su condición geográfica, su desarrollo económico y la propia historia de la región es una de las zonas del planeta donde más se acentúa el fenómeno de la migración.

El istmo no sólo es corredor de migrantes, fundamentalmente de sur a norte, sino que desde sus países son considerables los movimientos de personas que buscan nuevas oportunidades de vida.

Las causas son muchas y van desde la falta de desarrollo económico sostenido, la inestabilidad socio-política, las guerras civiles, la inseguridad, hasta espejismos presentados como el llamado Sueño Americano por Estados Unidos.

Cerca de 200 mil centroamericanos intentan cruzar anualmente la frontera de México en su ruta hacia Estados Unidos, y una gran cantidad son niños sin acompañantes.

Sólo del 2009 al 2014, unos 77 mil 243 menores centroamericanos ingresaron sin autorización a Estados Unidos: 27 mil 579 procedían de Guatemala, 25 mil 985 de Honduras y 23 mil 679 de El Salvador.

En la azarosa travesía los acechan peligros como el crimen organizado, las extorsiones, las propias políticas antimigratorias de Estados Unidos, lesiones físicas, robos, asesinatos, accidentes por caídas en trenes que transportan mercancías, abusos sexuales, y al final la probable deportación.

En noviembre del pasado año, el expresidente de Guatemala Otto Pérez Molina; el mandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, junto al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentaron el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El plan, cuestionado por muchos analistas, surgió para buscar solución a la llamada crisis de los niños migrantes, y que ofrece promover el desarrollo, el crecimiento económico y la seguridad en la región y así evitar la emigración ilegal.

La iniciativa es la respuesta a la reunión de los tres mandatarios centroamericanos con su homólogo estadounidense Barack Obama, tres meses atrás en Washington, tras la crisis desatada por los miles de menores migrantes detenidos en centros fronterizos de migración estadounidense en 2013 y 2014.

En el financiamiento del plan participarán Estados Unidos, el BID y el Banco Mundial, entre otros actores internacionales, sumados a los recursos que los gobiernos de los tres países aportarían.

Sin embargo, para el economista y periodista guatemalteco Luis Solano, la propuesta tiende a convertirse en un nuevo proyecto inversionista de carácter privado, que consolidará a los grupos económicos más fuertes, y que puede conducir a nuevas oleadas de migrantes, tal como ha ocurriendo de manera creciente en los últimos 40 años.

El reciente movimiento migratorio de unos tres mil cubanos hacia Estados Unidos, varados en Costa Rica, y que llevó a una reunión extraordinaria en El Salvador de los países el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) más Cuba, Ecuador, Colombia y México, evidenció otra arista del problema.

Mientras para los centroamericanos emigrar sin documentación hacia Estados Unidos, llegar y asentarse legalmente allí es mucho más que una odisea, para los cubanos, a causa de la política estadounidense, es prácticamente una deferencia.

En la reunión del SICA más cuatro los cancilleres rechazaron unánimemente la Ley de Ajuste Cubano y otras normativas que estimulan la emigración ilegal de cubanos hacia Estados Unidos.

En declaraciones a Prensa Latina, el ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez, calificó de discriminatoria con otros migrantes dichas políticas (Ley de Ajuste Cubano, la política Pies secos-Pies mojados y el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos).

Subrayó que los beneficios de esas normativas no se aplican a los migrantes de Centroamérica.

Reiteró que las naciones participantes en la reunión están dispuestas a contribuir a una salida a esa situación coyuntural que atraviesan unos tres mil migrantes cubanos.

“Pero hay un problema estructural sobre el cual llamamos la atención de Estados Unidos y de los demás países de la región, y es que debemos buscar la aplicación de estándares similares y que se le brinden las mismas facilidades a todos”, remarcó.

En este contexto Costa Rica insistió en responsabilizar a Nicaragua de «la crisis» de migrantes de la Isla por no aceptar abrir un corredor humanitario por su país.

Managua sostiene que acceder a la imposición de San José sería legitimar esas medidas unilaterales que alientan «una migración insegura, indigna, desordenada e ilegal, que afecta a Cuba y que está afectando ya a la región centroamericana».

Al final del encuentro, el canciller salvadoreño explicó que los miembros del SICA anunciarán «unilateralmente» las medidas que tomarán para una solución del problema creado en los últimos días y que evidencia otras aristas.

El fenómeno migratorio en la región es hoy más que un asunto derivado de la tradicional pobreza y falta de oportunidades, es un negocio con tentáculos económicos y políticos que puede conducir a otros peligros como desestabilización de países y hasta regional, al exacerbar diferencias.

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