Líderes caribeños reconocen tareas pendientes hacia la integración

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Irwin LaRocque, secretario general de Caricom.

Por Jorge Luna

Georgetown, feb (PL) – Numerosas tareas pendientes en el camino de la integración, iniciado por la Comunidad Caribeña (Caricom) hace 44 años, figuran en un extenso comunicado emitido por esa agrupación subregional al finalizar aquí su 28 Cumbre.

Con sede en esta capital, Caricom fue creada en 1973 para transformar la Asociación Caribeña de Libre Comercio en un Mercado Común y enfrentar los desafíos de sus 15 países miembros, fomentando el comercio y las relaciones económicas.

Irwin LaRocque, secretario general de la agrupación, expresó satisfacción por el desarrollo de la reciente cumbre (16-17 de febrero) y la marcha del proceso integracionista, pese a la necesidad de seguir avanzando. Más que nunca antes, resumió, debemos unir nuestros esfuerzos y nuestros recursos.

No es poca la incertidumbre y la preocupación reinante entre los caribeños, que insistieron en la necesidad de unirse para alcanzar el crecimiento económico y el desarrollo, particularmente debido a lo que algunos mandatarios definieron como un “hostil escenario global”.

Pese a ello, la conferencia de ocho jefes de Estado, cinco cancilleres y numerosos otros funcionarios, cerró con un llamamiento positivo, de orgullo caribeño, y la decisión de cumplir las tareas pendientes y de enfrentar colectivamente sus grandes retos.

El presidente de Guyana y de Caricom, David Granger, recordó la vulnerabilidad de estos países por sus reducidas dimensiones territoriales y poblacionales y el azote frecuente de violentos fenómenos naturales.

Se trata de 18 millones de personas que viven, como dijo, en siete mil cayos, islas, islotes y arrecifes diseminados en 2,4 millones de kilómetros cuadrados de mar. Fuentes internacionales estiman que una cantidad similar, pero no precisada, de caribeños radica en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, entre otros países.

El mandatario guyanés subrayó: “estamos viviendo en un escenario económico revuelto. Muchas de nuestras mercancías y servicios quedaron deprimidas en el mercado internacional en los dos últimos años… Nuestra primera preocupación ahora es la economía”.

Por ello, la cumbre de dos días abarcó números temas, pero se concentró en tres grandes capítulos: la economía y el pretendido establecimiento del mercado único subregional (CSME); la criminalidad y seguridad, no como problemas nacionales sino de toda la región; y las relaciones internacionales de Caricom.

Los mandatarios indicaron que tomarán prontas medidas para enfrentar prácticas de bancos globales, que perciben al Caribe como una zona de riesgo y pretenden retirarle sus servicios de corresponsalía, lo cual afectará el comercio, las inversiones, el turismo y las remesas.

Trascendió también que persiste la expectativa por los lazos comerciales y económicos de la región, especialmente con Estados Unidos, potencia que –al igual que el Reino Unido– acaba de dar un nuevo rumbo a su política exterior.

Varios líderes caribeños manifestaron en privado y en público su esperanza de que los lazos de Caricom con ambos países continúen como los desarrollados con sus anteriores administraciones.

El actual problema migratorio fue abarcado bajo el título “un análisis de la comunidad caribeña a la luz de los hechos políticos en Estados Unidos”, que incluyó su impacto en los países de la subregión.

El primer ministro de Granada, Keith Mitchell, quien asumirá la presidencia rotativa de Caricom en julio próximo, precisó que sigue la incertidumbre ante las medidas migratorias anunciadas por Washington. Tenemos que esperar y ver, comentó, respecto a la huella que dejará esa política en el Caribe.

Ralph Gonsálves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, por su parte, dijo a Prensa Latina desconocer detalles de la nueva política migratoria, pero opinó que “tiene potencial para un impacto negativo. Dependerá de cuán grande sea la red cuando caiga. Pero, sin duda, no es algo que instintivamente nos inspire a inclinarnos a apoyarla”.

Durante la cumbre, se realizaron varios encuentros bilaterales y se firmaron algunos acuerdos puntuales, sobre seguridad, comercio, turismo, cultura, infraestructura, transporte y el traslado de personas y mercancías dentro de la comunidad.

Figuraron también la proyectada regulación de servicios tecnológicos de información y comunicación, las relaciones con República Dominicana, la situación en Surinam, los temas fronterizos Belice-Guatemala y Guyana-Venezuela y un importante acuerdo comercial Cuba que otorga mutuas concesiones arancelarias para numerosos productos.

Paralelamente, las esposas de los jefes de Gobierno sostuvieron una reunión para denunciar problemas como el embarazo juvenil, la violencia contra mujeres y niños y el tráfico de personas, así como la transmisión de HIV de madre a hijo en el Caribe.

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