Al rescate de los parques capitalinos

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Parque público en el Casco Antiguo ocupado por grupo privado.

Al rescate de los parques capitalinos

La Ciudad de Panamá pierde sus parques

  • Debido al crecimiento irracional de la urbe y a la pérdida de los espacios públicos, la Ciudad de Panamá es una de las capitales de América Latina con menos parques por kilómetro cuadrado, lo que se traduce en vergüenza.
  •  Para esconder la voracidad del mercado, el sector inmobiliario ofrece a los ciudadanos plazoletas ridículas y unas cuantas bancas, y trata de hacer creer a la población de que son “lindos parques” inspirados en los niños en medio de una creciente violencia.
  •  Algunos parques han perdido terreno y su superficie es ocupada por dueños de bares, que se sienten dueños del patrimonio público y dan una bofetada a la historia.

En ese sentido, Bayano digital publica en esta edición un artículo de Yolanda Amanda Mendizábal, estudiante de la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá, quien expresa su preocupación por los parques y añora los días familiares y de tertulia en esos lugares de convergencia.

Disfruté la niñez junto a mis padres, en cada uno de estos parques. Ese mismo legado cívico, es el que deseo regalar a mis hijos.

Hoy, quisiera que mis nietos tuviesen el mismo bello recuerdo, pero cuando miro los parques, descubro con tristeza que no existen las fuentes y luces, Hay menos espacio para que los niños puedan correr seguros, patinar y montar sus bicicletas. Además del deterioro, hay una falta evidente de mantenimiento. Ya no se puede, como antes, disfrutar en ellos la cálida brisa, el atardecer que nos avisaba que teníamos que regresar a casa con cada llovizna.

Plaza Porras

Un lugar donde nos reuníamos los días patrios para cantar el Himno. Era un punto de partida para desfilar en Fiestas Patrias.

Profesores de la clase de Artística pedían que dibujásemos las esculturas y estatuas, que para nosotros deben ser motivo de orgullo. Hoy, se encuentra solitarias. No existen programas culturales que inspiren a los estudiantes de los colegios a observarlas.

Parque Anayansi

Mi abuela contaba que el Parque llevaba ese nombre debido a que Anayansi era la amada de Vasco Núñez de Balboa, el adelantado del Mar del Sur. Para llegar allí, recorríamos la rotonda, que era el mirador, y que hoy forma parte de la Cinta Costera.

Parque Urraca

En ese lugar, recorríamos en compañía de nuestros hijos toda el área. Observábamos el trencito que circulaba alrededor del parque, el carrusel, y hasta realizábamos paseos en caballitos.

Parque Legislativo

Desarrollábamos tareas escolares en la Biblioteca Nacional y cuando terminábamos de hacerlas, cruzábamos la calle para ir a jugar. Otro bello patrimonio cercano era el edificio que alberga a la Asamblea Nacional Legislativa.

En las tardes, jugábamos voleibol y montábamos bicicleta en el terreno que ocupa la Asamblea Nacional Legislativa, al lado del parque donde se veían las altas fuentes de día y de noche bajo el lema “no queremos ni millones ni limosnas. Queremos Justicia”.

Con el transcurso de los años, el lema ha sido opacado por los puestos de venta de verdura que se han tomado el paso de peatones y las autoridades no recurren a la creatividad para mejorar la estética de los kioscos, de manera uniforme, y hacerlos vistosos, con el uso de alegorías folclóricas.

El edificio de la Asamblea Nacional, construido hace algunos años, habría ganado mayor vistosidad, si su construcción hubiese sido realizada tomando en cuenta la remodelación de las enormes fuentes, y luces. Pero, ello no ha sido posible porque prevalece la desidia y la falta de ornato en los parques capitalinos.

Plaza de Santa Ana

Me encantaban las tonadas, al ser izado el emblema nacional (actualmente se hacen, pero sin el simbolismo de antes). En el pasado, todos los que transitábamos hacíamos el alto reglamentario y honrábamos a la bandera. Allí había presentaciones vespertinas de la Orquesta Sinfónica y grupos musicales. Además, durante mucho tiempo fue celebrado en el parque el Sorteo de la Lotería Nacional.

Parque San Felipe

Los domingos íbamos a presenciar los actos del Sorteo de la Lotería y la izada de la bandera, frente a la Policía de San Felipe.

Parque Herrera

Lugar donde lo adolescentes y jóvenes patinaban y jugaban. Hoy, hay un espacio ocupado con mesas y sillas de los restaurantes, lo que resta superficie para el esparcimiento infantil.

En caso de que los restaurantes paguen un impuesto por ese espacio, pregunto; ¿es resarcido el mismo a la comunidad cercana al parque, a través de programas ofrecido a la niñez?

Parque Catedral

Ha sido escenario de muchas luchas políticas e ideológicas que guarda la historia. Allí sobresalen, en la actualidad, los puestos de venta de artesanías de indígenas que confeccionan molas, piezas artesanales muy admiradas por nacionales y extranjeros.

Parque Simón Bolívar

Su belleza es opacada con la colocación de sillas, mesas y parasoles, que provocan la perdida de la estética del área. Las aceras del parque no fueron diseñadas para esos fines (en otros países las aceras son más anchas y se presta y están afuera del ámbito del restaurante).

En caso de que los restaurantes paguen impuesto por el aprovechamiento económico de ese espacio, se debe preguntar: ¿es resarcido ese dinero a la comunidad contigua al parque, a través de programas ofrecidos a la niñez?

Las Bóvedas

Era un lugar donde los niños aprendían a patinar. Era también un sitio cargado de historia. Mi madre me leía las inscripciones en las paredes, sobre la construcción del Canal de Panamá, que luego ella acompañadas con anécdotas.

A veces, nos asomábamos en las ventanitas para escuchar los alegatos, ya que allí estaba la sede de la Corte Suprema de Justicia, donde se realizaban los juicios a los acusados de delitos.

Reflexiones sobre los parques capitalinos:

La primera inquietud, es que conquistamos nuestra Soberanía en las áreas canaleras, pero estamos perdiendo identidad ideológica y cultural, lo que se traduce en deterioro debido a la falta de un buen mantenimiento y restauración de parques con valor histórico.

Es necesario acudir al rescate de las áreas públicas e involucrar en esas acciones a los niños, para que nazca en ellos la voluntad de mantener limpio los parques. Involucrarlos, significa hacer programas culturales, no solamente en el verano, sino una programación permanente que abarque pintura, bailes, danzas, actuaciones, ensayos y lectura de cuentos.

La segunda inquietud, es poder hacer de los parques un objetivo del turismo organizado, ejercido de forma responsable.

Casco en el Casto Antiguo rumbo al olvido.
Casco en el Casto Antiguo rumbo al olvido.

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