Al descubierto plan contra el Chavismo en Venezuela
La vuelta de la derecha a la Asamblea Nacional de Venezuela ha hecho evidente las verdaderas intenciones del golpismo venezolano.
Por José de la Rosa Castillo
En menos de una semana, antes de juramentarse, los representantes de derecha sustrajeron con irreverencias la fotografía del fallecido presidente Hugo Chávez Frías de la galería del Parlamento. El presidente de la Asamblea de Venezuela, Ramos Allup (de Adeco), ordenó a trabajadores del hemiciclo, refiriéndose a los retratos: “No quiero ver ni a Chávez, ni a Maduro, llévenselo para para Miraflores (Palacio Presidencial) o para el aseo, pero aquí nada”.
Tras el triunfo en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, la derecha venezolana se ha dedicado a plantear, como principal punto de su agenda, la salida en el primer semestre de 2016, del presidente Nicolás Maduro, introducir un proyecto de ley de amnistía y reconciliación para liberar a quienes consideran presos políticos, “aunque el jefe de Estado, Nicolás Maduro, no la apoye”, dijo Allup; y la juramentación de tres diputados opositores impugnados ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que suspendió la proclamación de los candidatos y la representación por el estado Amazonas (sur), incluido un diputado chavista. Todo ello, en desafío al orden institucional, por parte de una derecha acostumbrada a manejar el poder a su libre arbitrio.
La medida de retirar los cuadros de Chávez y del Libertador Bolívar equivale a un acto de provocación contra las fuerzas del Chavismo. Ello obliga a los sectores democráticos a actuar con entereza, hidalguía y prudencia frente a las provocaciones. De hecho, luego de las manifestaciones de irreverencia contra la memoria de Chávez en el ámbito parlamentario, la cúpula militar venezolana manifestó su respaldo al gobierno legítimo de Maduro y rechazó a la campaña de desestabilización interna.
Un caudal de experiencias históricas acumuladas en 40 años en los que se alternaron en el poder en Venezuela Adecos y copeyanos, sugiere cautela y preparación. La derecha está al frente de un Poder Público del Estado venezolano e intentará desconocer el resto de los poderes estatales. “Creo que es un acto de provocación. Tenemos que actuar con mucha cabeza fría y actuar con política, con P mayúscula, como Chávez nos enseñó”, dijo la abogada constitucionalista venezolana, María Alejandra Díaz, tras ser consultada sobre los hechos acaecidos.
¿Qué le queda a ese pueblo organizado, a ese pueblo movilizado, cuando hemos visto, a través de unos mensajes bien claros, lo que pretende hacer la Asamblea Nacional?
En ese sentido, Díaz subrayó: “hay que hacer cumplir la Constitución, defender la Constitución a toda costa y, poco a poco, hacerle entender, a ese nuevo poder, que ellos no están por encima de la Constitución” Aclaró que “al pueblo le queda la Constitución, al pueblo le queda defender sus logros en la calle, Eso es lo que nos espera: resistir y hacerle entender a ese nuevo poder porque ellos no están por encima ni del pueblo, ni de la Constitución”, La jurista señaló para cambiar la Constitución, hay que acudir al pueblo,
Lo que queda a los venezolanos y a su revolución, es la defensa del modelo establecido por la Constitución Bolivariana, la confrontación de las ideas en las instancias parlamentarias, con la movilización del pueblo. La derecha no cree en la Constitución y seguirá desafiando a los poderes estatales a través del desacato a los otros poderes.
Quienes hablan del fin de ciclo de los gobiernos progresistas, como parte del discurso de la ofensiva neoliberal de Macri, en Argentina, el MUD en Venezuela y el golpismo en Brasil, ignoran que las conquistas sociales alcanzadas en el continente americano, en el contexto del proceso revolucionario, son irreversibles. Esos procesos continuarán porque mientras haya un pueblo y un continente en lucha, habrá revolución. Así de sencillo.
