Todos los bonos suizos generan pérdidas a los inversores

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Desde hace algún tiempo, muchos inversores depositan sus fondos en bonos gubernamentales que tienen la confianza del Banco Nacional Suizo (BNS). Pero dados los rendimientos actuales, están perdiendo dinero.

Todos los bonos suizos generan pérdidas a los inversores

Por Matthew Allen y Veronica DeVore | Swissinfo.ch

Una de las extrañas manifestaciones que ha tenido la inestabilidad económica actual son los rendimientos negativos que se observan en los bonos. En vez de prodigar ganancias a quienes los adquieren, les reportan pérdidas. Por primera vez en la historia reciente de Suiza, todos los bonos que emite el Gobierno están generando minusvalía a sus inversores.

La era de las bajas tasas de interés se instaló con fuerza y los rendimientos que pagan los bonos gubernamentales (conocidos como cupones) también se han reducido. Una tendencia que desafía toda lógica en tiempos en los que la demanda de dichos títulos supera ampliamente a la oferta.

¿Qué lo explica? Buscando la seguridad que ofrecen los papeles de grandes emisores, los inversores compran bonos por encima de su valor nominal. Pero los precios llegan a escalar a tal punto que el cupón que pagan resulta insuficiente para compensar a sus propietarios. Por ello, en vez de reportar ganancias llevan al inversor a los números rojos.

Trayectoria de los bonos suizos hacia los rendimientos negativos

Los rendimientos de los bonos gubernamentales a 5, 10, 20 y 30 años. El rendimiento del bono a 50 años está actualmente a -0,029, no hay datos históricos disponibles.

El mercado ha sido conducido a su situación actual por la estrategia que han seguido muchos institutos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE), que compran bonos a gran escala con la esperanza de que los fondos frescos que inyectan sean capaces de reactivar las economías. Y también ha influido en los rendimientos negativos la estampida de fondos observada hacia valores refugio como el franco suizo.

“El BCE está engullendo bonos gubernamentales e incluso corporativos. Con esta acción, está inflado de forma artificial la demanda de bonos, haciendo que estos eleven su precio y que sus rendimientos se reduzcan”, explica el economista jefe de Julius Bär, Janwillem Acket.

Pero dados los bajos rendimientos que ofrecen los bonos, lo sorprendente es que siga la pujanza en la demanda. Es decir, aunque la mayor parte de la adquisición de estos bonos corre a cargo del BCE y de otros bancos centrales, también existen otros inversores que están dispuestos a tomar estos papeles aunque les supongan pérdidas.

Uno de esos grupos está conformado por inversiones que destinan parte de sus fondos a comprar bonos y otra a adquirir monedas fuertes, como el franco suizo, confiando en que estas se apreciarán frente a otras divisas y les evitarán pérdidas –o les generarán beneficios– en tiempos de turbulencias cambiarias.

Otro grupo lo hace porque prefiere los perfiles conservadores en todas las circunstancias. Son inversores ultracautelosos que optan por poner parte de su riqueza en inversiones respaldadas por el gobierno, las autoridades locales y las grandes empresas, porque consideran que es el mejor camino para esquivar pérdidas que serían aún mayores si invirtieran en mercados más volátiles.

Para Julius Bär, el fenómeno de los bonos negativos seguirá durante varios meses. El banco duda que haya rendimientos positivos antes de un año.

Acket considera que la única cura auténtica para la economía mundial sería regresar a una senda de crecimiento sostenido timoneada por la fortaleza de Estados Unidos.

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