Esclavitud moderna encadena a millones de personas en el mundo

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Explotación laboral de las mujeres en empresas maquiladoras.

Por Teyuné Díaz Díaz

La Habana (PL) – A nivel mundial, alrededor de 40 millones de personas son víctimas de la esclavitud moderna. De ellas, 25 millones resultan blanco del trabajo forzoso y 15 millones están obligadas a matrimonios sin consentimiento.

Los datos, divulgados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que sesionó del 19 al 25 de septiembre en Nueva York, mostraron que las mujeres y niñas son las más vulnerables.

Entre ambos grupos encarnan el 71 por ciento del total, unos 29 millones.

Las mujeres representan 99 por ciento de las víctimas del trabajo forzoso en la industria del comercio sexual y 84 por ciento de los matrimonios forzosos.

Dicha investigación estuvo a cargo de la OIT, la Walk Free Foundation y la Organización Mundial para las Migraciones, y sus estimados mostraron el alcance real de la esclavitud moderna.

De los 25 millones de personas atrapadas en el trabajo forzoso en 2016, 16 millones eran víctimas de la explotación laboral en el sector privado (trabajo doméstico, construcción y agricultura).

Además, alrededor de cinco millones fueron sometidas a la explotación sexual, y poco más de cuatro millones (16 por ciento del total) al trabajo forzoso impuesto por las autoridades del Estado.

Con respecto al matrimonio forzado, se estima que hasta 2016 hubo 15,4 millones de personas obligadas; de esa cifra, 6,5 millones de casos ocurrieron en los últimos cinco años (2012-2016), y el resto antes de ese período, pero siguen atrapadas en esa situación.

Resulta significativo que a estas alturas del siglo XXI persistan esas prácticas matrimoniales, pero el hecho de que la mayoría al casarse sean niñas, es peor.

Trabajo infantil

En la esclavitud moderna, el trabajo infantil es otra de sus modalidades más inhumanas y frecuentes, definido como toda labor que priva a los menores de su niñez, potencial y dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Incluso en las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en las calles de grandes ciudades, con frecuencia a una edad muy temprana.

Al respecto, la OIT presentó un informe que confirma que alrededor de 152 millones de niños entre 5 y 17 años son víctimas de este flagelo, concentrado fundamentalmente en la agricultura con 70,9 por ciento y en el sector de los servicios con 17,1, mientras en la industria labora 11,9 por ciento.

De los millones de niños explotados, 64 millones son hembras y 88 millones varones, dato que según la OIT representa la dolorosa cifra de uno de cada diez infantes del orbe.

El continente donde labora la mayor cantidad de menores entre 5 y 17 años es el africano, con 72,1 millones; le sigue Asia y el Pacífico con 62 millones; las Américas con 10,7 millones; Europa y Asia Central 5,5 millones y los Estados Árabes con 1,2 millones.

Aproximadamente una tercera parte de los niños entre 5 y 14 años en esa actividad se encuentra fuera del sistema escolar, y el 38 por ciento realiza trabajos peligrosos.

Unido a ello, casi las dos terceras partes de los que tienen entre 15 y 17 años laboran más de 43 horas semanales.

Esta forma de abuso laboral es una violación al derecho internacional, advertido en Convenios de la OIT sobre el tema y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños.

Además, su erradicación está contemplada dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con los cuales se pretende para 2025 eliminar la explotación infantil en todas sus formas.

Algunas reflexiones

El director general de la OIT, Guy Ryder, consideró ante la Asamblea General de la ONU que el mundo no estará en condiciones de lograr los ODS si no se intensifican drásticamente los esfuerzos para luchar contra los mencionados flagelos.

Agregó que las nuevas estimaciones pueden contribuir a elaborar y desarrollar intervenciones dirigidas a prevenir el trabajo forzoso y el infantil.

Sobre el tema, el presidente de la Walk Free Foundation, Andrew Foster, consideró que tener 40 millones de víctimas de la esclavitud moderna es una vergüenza, y añadió que los resultados de los últimos cinco años indican que 89 millones de personas fueron abusadas desde unos pocos días hasta cinco años.

Foster señaló que esa situación es el reflejo de la discriminación y las desigualdades profundamente arraigadas en el mundo actual, unidas a una escandalosa tolerancia hacia la explotación.

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