Creciente proporción de personas en riesgo de pobreza

Antonio Jesús Pérez | Mundiario

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La población española está en el 29,2% en riesgo de pobreza y exclusión social, 10 puntos por encima de la media europea según datos del Eurostat.

“Lo que preocupa es que la globalización esté produciendo países ricos con población pobre”, Joseph E. Stiglitz.

El análisis y el estudio de las desigualdades y la pobreza es un problemática que ha preocupado a matemáticos, estadísticos, economistas, y como no, a gobernantes. Ya desde mediados del siglo pasado, una abundante cantidad de material de gran calidad, y sobre todo a partir del progreso en los sistemas de comunicación y recopilación de datos, se ha dejado ver la preocupación creciente sobre el tema y su grado de afección.

Los recientes programas de las Naciones Unidas o la Estrategia Europa 2020 cada vez más dejan presente la cuestión de la desigualdad interregional. Hasta no hace tanto la desigualdad y la pobreza en términos preocupantes era algo de Centroáfrica, centro y sur de América quizá, o algún país, del cual hasta se desconocía el nombre, del Este de Europa y sur de Asia. En la actualidad son las diferencias entre regiones de un mismo país, en muchas ocasiones una nación próspera y rica, las que copan el interés de estudiosos de la materia.

Esta crisis financiera y mundial, ha dejado un panorama desolador. Cada vez más en estudios podemos centrarnos en el examen, no sólo de la pobreza como tal, como una simple línea de separación, sino el análisis de la intensidad e incidencia, es decir, cuánto de desgarradora es la pobreza y a cuánta gente afecta.

El Informe sobre Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), refleja una creciente proporción de personas que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social. En España especialmente, aunque como en otros muchos países europeos, la crisis ha supuesto una causa crucial en el crecimiento de esta proporción, un alza sostenida en el tiempo desde el año 2007 y que nos sitúa en el 29,2% en el año 2014, o lo que es lo mismo, 10 puntos porcentuales por encima de la media europea, según fuentes del Eurostat.

La metodología acerca de la pobreza y su medición es muy diversa, existen infinidad de índices, ratios que miden el número de pobres en una región, la diferencia existente con la pobreza extrema, o algunas medidas que pueden ser consideradas más interesantes sobre a cuánta distancia, en términos de nivel de renta, está un pobre para dejar de serlo.

A pesar de ello, según el Informe 2015 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, el período 1990-2015 ha resultado muy optimista en cuanto al análisis en profundidad de algunos logros, cuyos esfuerzos se han visto recompensados sobre todo a partir del año 2000. Sin embargo las personas más pobres y vulnerables siguen sufriendo el desamparo, existiendo grandes brechas entre zonas rurales y urbanas.

El enfoque subjetivo de la pobreza y su análisis, base de los estudios actuales llevados a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE), consiste fundamentalmente en la recopilación de datos objeto de estudio a través de encuestas, entre las que cabe destacar la Encuesta de Condiciones de Vida. Aunque según algunos estudios se ha dejado patente la existencia de un nivel de ocultación por parte de los encuestados, diferentes autores como Bernardo Pena et al. (1996) han elaborado un coeficiente corrector que depure los resultados de las encuestas.

Como consecuencia de ésta y otras muchas limitaciones en el estudio y análisis de la desigualdad y la pobreza en la sociedad, son muchas y muy diversas las metodologías utilizadas por los diferentes órganos encargados de profundizar en estas cuestiones y marcar objetivos, plantear estrategias y evaluar su efectividad y eficacia, por lo que se hace en ocasiones difícil el llegar a deducciones esclarecedoras.

En conclusión, hay que tener en cuenta la complejidad del tema que se aborda, las repercusiones que ello conlleva, tanto políticas como económicas, y la objetividad en la elección de la metodología más adecuada para el análisis. Como resultados, gracias a la fiabilidad en el estudio de la OCDE y la ONU y las garantías que ello conlleva, podemos afirmar que España posee el índice de desigualdad social más alto en comparación a los países de nuestro entorno, según datos del Eurostat. Los niveles de riesgo de pobreza y población que sobrevive en un ambiente económicamente hostil es cada vez mayor en un país en el que la crisis parece que ha echado raíces en lo más profundo de nuestra sociedad.

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