Se visten de cultura muchas tonterías; ahora todo es “famoseo”, Richard Ford

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Se visten de cultura muchas tonterías; ahora todo es “famoseo”, Richard Ford

 Richard Ford vuelve a su personaje icónico, Frank Bascombe, en “Francamente, Frank”

Winston Manrique Sabogal, Barcelona 16 de diciembre de 2015

La persona que durante casi 30 años entregó las llaves del sueño americano, a través de la venta de casas, ahora constata que todo se lo ha llevado el viento. Se llama Frank Bascombe, de 68 años. Es uno de los personajes literarios contemporáneos más potentes, que genera gran complicidad entre los lectores, gracias a tres novelas aplaudidas por público y crítica. Una criatura irónica, pasional, exitosa, que dice las cosas que muchos piensan pero no se atreven a decir en alto y que ahora ve cómo se resquebraja todo. La clave la tiene su creador, Richard Ford, cuando confiesa con voz lacónica: “Quiero mucho a mi país, pero cada vez es más difícil quererlo”.

Esas grietas de sentimientos y sueños son reflejadas en Francamente, Frank (Anagrama). Un libro encadenado en cuatro relatos que muestran el ecosistema emocional, social, político, económico y cultural de EE UU en medio de la llamada “década perdida” por culpa de la burbuja inmobiliaria y otras falsas promesas. Todo sucede en el otoño de 2012. El huracán Sandy ha subido demasiado al norte y ha arrasado los sueños de la costa de Nueva Jersey. Donde antes vivió Bascombe. Donde, como agente inmobiliario, entregó muchas llaves de felicidad. A eso se dedicó después de que fracasara como escritor y luego tuviera éxito como periodista deportivo. Ahora está jubilado y sus tribulaciones no cesan.

El paso del huracán confirmó que lo peor de la tragedia, de cualquier tragedia, no son los hechos en sí, sino sus secuelas y la reapertura de heridas que la gente creía sanadas. “Quería mostrar que más allá del impacto de una calamidad hay que prestar más atención a lo que estas dejan en las personas, en el cambio súbito a que se ve sometida su cotidianidad”, cuenta un Richard Ford (Jackson, 1944) en un paréntesis de su pendular conversación, entre la risa y la seriedad, esparcida de frases en español como “¡Ahora vuelvo a vivir!”, tras recibir una taza de café, en la Biblioteca Joan Fuster, de Barcelona.

“Quiero mucho a mi país [EE UU], pero cada vez es más difícil quererlo”.

Lamentos y esperanzas

Ese no es su principal lamento. “Lo que es peor que triste es el descenso de la información cultural en la prensa y demás medios. Se visten de cultura muchas tonterías: ahora todo es “famoseo” y espectáculo, por eso una buena parte de las gente cree que el mundo se va a la mierda”, una idea que Ford remata con una frase en español: “¡No puede ser!”.

No todo son nubes borrascosas. El escritor admite que aún hay apetito por ciertos libros. Y él se siente un privilegiado de estar en ese grupo: “Por eso no puedo ser pesimista. Ahora vendo más libros que nunca”. Su pasión es escribir. “No hay que ser inteligente, ni imaginativo; hay que creer que todo es importante como Chéjov o Cervantes. No intento ser mejor que ellos, solo quiero ser parte de la conversación, y cualquiera que escriba debe hacerlo”.

La última mirada panorámica que ofrece Ford, a través de Bascombe, es la de un mundo de sobrevivientes emocionales, económicos, sociales y de salud. Como el mismo personaje que al verlo aquí lleva al lector a preguntarse: ¿qué hay detrás de las personas abiertamente felices? Y saltan unas palabras del libro: “La vida es cuestión de administrar el dolor, y yo necesito mejorar la gestión del mío”. De ahí que, después de 29 años de haber llegado para quedarse en la literatura, el autor afirme que “las emociones verdaderas no son convencionales”.

Obama y cuatro presidentes para Cataluña

Aunque Frank Bascombe no es un alter ego de Richard Ford, aquí parece tomar el lugar del escritor estadounidense. Los cuatro relatos de Francamente, Frank abordan grandes problemas de Estados Unidos y medio mundo: la corrupción, la violencia familiar y contra las mujeres, el cambio climático, la crisis económica, la crisis de identidad ante la imagen física, la amistad e incluso las huellas sentimentales de relaciones afectivas. Obama aparece, según algunos, como responsable de los males descritos. ¿Lo vive así su país?

“Es una situación muy complicada. Anoche (por el lunes) estaba en una discusión sobre Cataluña, y decían que la situación era tan rara que podía llegar el momento en que iban a tener cuatro presidentes. Yo les dije que si vivieran en Estados Unidos. ni se les podía ocurrir hacer ese tipo de planteamientos. Porque no piensas que influirás en el transcurso político. Nadie cree que su voto puede ser un instrumento para cambiar el curso del país. Hay un sentido de impotencia absoluto respecto al Gobierno”, responde el autor.

Ford también expresa su opinión sobre otros temas de actualidad como el terrorismo: “Que se produzcan actos terroristas en Estados Unidos no tiene que ver con la religión. Tiene que ver con el consumo desfasado, con esas oligarquías, de masas de riqueza increíble que deja a todo el mundo rezagado. Quiero mucho a mi país, pero cada vez es más difícil quererlo. Cuando ves a un loco como Trump que quiere ser presidente es terrible. Es un criminal, un inmoral. Los terroristas están destrozando todo. Tienen que ver con la economía, no con la religión. Son criminales, gente malvada que lo que les motiva de verdad es la economía”.

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