Nuevas tecnologías redefinen el panorama de la Cultura

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Nuevas tecnologías redefinen el panorama de la Cultura

  •  Hay una concentración del poder de los gigantes de la red, explosión de las redes sociales, una revolución digital que transforma las modalidades de producción y difusión de bienes culturales.

(Resumen Ejecutivo del Informe de la UNESCO)

París –Desde la adopción en 2005 de la Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de expresiones culturales, el panorama cultural mundial ha cambiado considerablemente. El Informe Repensar las políticas culturales, presentado en la UNESCO el 16 de diciembre, explora estas evoluciones y el impacto político de la Convención.

Adoptada por la UNESCO en 2005, la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales entró en vigor en 2007. Ha sido ratificada por 141 Estados, a los cuales se suma la Unión Europea.

Los intercambios siguen favoreciendo a los países industrializados

Favorecer el acceso igualitario a una amplia gama de expresiones culturales provenientes del mundo entero: este principio rector de la Convención busca obtener un intercambio equilibrado de bienes y servicios culturales en el mundo. Sin embargo, diez años después de la adopción de la Convención, el sector sigue estando dominado por los países industrializados.

Un hecho es cierto: de los 212.800 millones de dólares que representan las exportaciones mundiales de bienes culturales, el porcentaje de los países en vías de desarrollo representa un 46,7%, frente a un 25,6% en 2004. Pero este progreso espectacular se debe sobre todo a las exportaciones culturales de China e India, que compiten cada vez más con los países desarrollados. Sin esos países, la cuota de mercado de los países en vías de desarrollo (PVD) en las exportaciones mundiales de bienes culturales sólo ha aumentado un 5% entre 2004 y 2013.

Cabe destacar que los países desarrollados importan principalmente música, y bienes audiovisuales de los países en vías de desarrollo. El porcentaje de estos bienes importados en los países desarrollados representaba un 39,6% en 2013. Los libros y la prensa conforman el segundo gran grupo, con 32,3% del porcentaje de importaciones provenientes de los PVD.

Revolución digital

La expansión de las redes sociales y de contenidos producidos por usuarios, la difusión de los aparatos multimedia conectados, y la explosión de la cantidad de información disponible, han favorecido la aparición de nuevos actores y de nuevas formas de pensar. Esta revolución no se debe a la sola acción de los países industrializados: varias regiones del Hemisferio Sur han hecho grandes progresos, particularmente en el campo de la conectividad. En África, el índice de penetración de la telefonía móvil se multiplicó por tres entre 2007 y 2012.

Asimismo, la tecnología permite la difusión de nuevas voces en los medios de comunicación de servicio público. Asistimos al surgimiento de nuevos actores, entre los cuales se cuentan los periodistas ciudadanos, y los productores de cine independiente, que están redefiniendo las fronteras del periodismo. Al mismo tiempo, el entusiasmo de los jóvenes por la creación cinematográfica nunca ha sido tan fuerte. La producción de películas de ficción en los países en vías de desarrollo aumentó de forma significativa entre 2005 y 2010. Pasó del 3% en 2005 al 24% en 2013. La producción de documentales pasó del 1 al 25% en ese mismo período.

Pero estas evoluciones impactan de manera negativa en la diversidad lingüística. En efecto, 80% de los contenidos lingüísticos en línea están en inglés, chino, español, japonés, portugués, alemán, árabe, francés, ruso, y coreano. Otro problema señalado por el Informe: la concentración de poder por parte de los gigantes de la red fragiliza el acceso a una diversidad de opciones culturales. “A pesar de que las plataformas ofrecen una amplia gama de ofertas culturales, el hecho de que controlen no sólo las ventas, sino también la comunicación y los algoritmos de recomendación, genera un problema”, señala el Informe.

Políticas reforzadas

En este contexto, algunos países firmantes de la Convención han adoptado medidas para reforzar la cadena de producción de bienes y servicios culturales. Como ejemplo, podemos citar la implementación por parte del gobierno noruego de un ingreso garantizado para los artistas. Côte d’Ivoire adoptó en 2013 medidas para promover la edición y la lectura. En Argentina, la ley de 2009 de servicios de comunicación audiovisual permitió hacer progresar los contenidos locales en los canales del país en un 28%.

Asimismo, el Informe destaca que la Convención es cada vez más utilizada en los grandes acuerdos de libre comercio a fin de hacer valer la especificidad de los bienes y servicios culturales. Pero todavía queda mucho por hacer en otros ámbitos: facilitar el acceso de las mujeres a ciertas profesiones de la cultura, facilitar la movilidad de los artistas en el Hemisferio Sur, e integrar la dimensión cultural en las estrategias de desarrollo sostenible.

El Informe, realizado con el apoyo financiero del gobierno de Suecia en el marco del proyecto “Reforzar las libertades fundamentales a través de la promoción de la diversidad de las expresiones culturales”, se hizo a partir de informes enviados por 71 países firmantes completados mediante diferentes estudios. Examina el impacto de la Convención en función de sus cuatro objetivos: apoyar sistemas de gobernanza cultural sostenibles; lograr un flujo equilibrado de servicios y bienes culturales, incrementando la movilidad de los artistas y los profesionales de la cultura; integrar la cultura en marcos de desarrollo sostenible, y promover los derechos humanos y las libertades fundamentales.

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