Crónicas marcianas

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Crónicas marcianas

“Tenían en el planeta Marte, a orillas de un mar seco, una casa de columnas de cristal…”
Ray Bradbury, Crónicas Marcianas, 1946.

Por Alfonso Carvajal
Escritor, comentarista literario y cronista colombiano

Escribir hoy sobre Marte, pues vaya y venga. Pasemos de largo. Pero escribir las Crónicas marcianas en 1946, e imaginar que el hombre colonizara Marte y el planeta rojo ya fuera una civilización muerta… Sólo lo pudo hacer el genio literario de Ray Bradbury; más allá del rótulo de ciencia ficción el norteamericano no escribe un libro sobre los marcianos, sino sobre el ser humano.

Marte es un artificio para buscar el significado de la vida en nosotros mismos. Crónicas marcianas es una realización de una exquisita imaginación, algo condenado a perdurar. Un libro para los arqueólogos de todas las épocas, entendiendo la arqueología como la ciencia que estudia los cambios que se producen en la sociedad, “a través de restos materiales distribuidos en el espacio y contenidos en el tiempo”.

La sangre se hiela al entrar en sus relatos, no sabe uno dónde va a parar, un mundo desconocido bajo “los infinitos designios de Dios”. Las historias autónomas forman una unidad irónica y escalofriante. Algunos ejemplos: unos terrestres llegan a Marte, hallan un pueblo de iguales características a uno en la Tierra, y empiezan a encontrarse con sus familiares, algunos ya muertos, ante el escepticismo del capitán de la nave, quien se sorprende cuando aparece su hermano y lo invita a la casa de sus padres, cenan, y a la media noche van a dormir; el hombre cavila que es una trampa, siente sed, se levanta, oye la voz imperativa de su hermano, corre y luego se escuchan unos gritos.

Al otro día, los habitantes del pueblo llevan en una marcha fúnebre los ataúdes de los tripulantes de la nave forastera. Otra expedición aterriza y ningún marciano les presta atención: terminan en un manicomio. El psiquiatra marciano intuye que son una proyección telepática y los aniquila para borrar de su entorno el cohete y sus tripulantes; al ver que estos no desaparecen, se suicida. El relato “Usher 2”, es un homenaje a Poe y a la fantasía que quiere ser extinguida del mundo.

Bradbury desvela los miedos humanos y realiza una aguda crítica al depredador espíritu de consumo. “¿No les basta haber arruinado un planeta y tienen que arruinar otro más?”, dice uno de los visitantes, al descubrir que en Marte aprendieron a combinar ciencia, arte y religión, mientras que en la Tierra cada disciplina quiere tener el control. Y hallaron el secreto de la vida entre los animales: “El animal no discute la vida, vive. No tiene otra razón de vivir que la vida”. Para qué preguntarse sobre la vida, “si la respuesta es la vida misma”. Allí está la clave marciana.

Pie de Foto:
Sonda Spirit en Marte (Foto NASA).

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